Abuso Infantil y Las Experiencias De Tipo Psicótico

Introducción

La mayoría de episodios de tipo psicótico, ocurren con más frecuencia en niños y adolescentes que no presentan necesariamente una patología significativa. Si la frecuencia de estos episodios es constante, estos pueden crear un deterioro funcional y un aumento del riesgo para detonar una psicopatología. “Las experiencias de tipo psicótico pueden definirse como fenómenos psicóticos subclínicos, como anomalías perceptuales y experiencias perturbaciones mentales como en ausencia de enfermedad psicótica manifiesto.” (Segutta, Gaweda, Moritz, & Karow, 2018).

Según Arcy Lyness, el abuso infantil ocurre cuando un padre o cualquier otro adulto causa un daño físico o emocional a un niño. (Lyness, 2015). Con frecuencia se puede pensar que cualquier tipo de experiencia traumática, ligada al abuso infantil, puede desencadenar consecuencias durante la vida del individuo.

Para Bruce Perry, el estrés es una condición que obliga a nuestros sistemas fisiológicos y neurofisiológicos a regularse para llevarlo a su actividad dinámica normal. Cuando existe una interrupción en la homeostasis el estrés se desencadena, y a no ser controlado, esto puede llevar a crear un trastorno de estrés post-traumático. (Perry, 2014)

Este estudio tiene como objetivo encontrar la relación que existe entre el abuso infantil y las experiencias de tipo psicótico. De esta forma se planea explicar de qué manera un abuso infantil puede desarrollar episodios de tipo psicótico, que puede llegar a ser un detonante para generar psicosis u otra psicopatología, utilizando la teoría psicodinámica.

Metodología

Para la ejecución del artículo, seleccionamos el tema apoyándonos en la búsqueda de información mediante el empleo de los siguientes recursos: PubMed, Trovador + y Pro Quest, centrándonos principalmente en los artículos obtenidos por medio de Trobador + y PubMed.

Para la búsqueda se utilizó la formula “Child sexual abuse” AND “psychotic like experience”. Se encontró un resultado de 18 artículos, de los que se descartaron con diferentes criterios de selección, los mismos fueron los siguientes:

  1. El año de publicación (algunos de estos eran de años muy lejanos)
  2. El tema del paper era muy amplio
  3. Trataba temas que no competían para la investigación
  4. No cumplían con los criterios requeridos por el profesor

A partir de esta búsqueda se descartaron algunos artículos cuya información no tenía mucha relevancia. Finalmente, los nombres de los papers que se utilizaron fueron:

  • The mediating role of borderline personality features in the relationship between childhood trauma and psychotic-like experiences in a sample of help-seeking non-psychotic adolescents and young adults
  • Routes to psychotic symptoms: Trauma, anxiety and psychosis-like experiences
  • Psychotic symptoms with sexual content in the “ultra-high risk” for psychosis population: Frequency and association with sexual trauma
  • Features of borderline personality disorder as a mediator of the relation between childhood traumatic experiences and psychosis-like experiences in patients with mood disorder
  • Child abuse potential in mothers with early life maltreatment, borderline personality disorder and depression

Además, se realizó una búsqueda en la biblioteca de la Pontificia Universidad Católica, en donde se encontraron dos libros de autores diferentes con los que se va a basar la investigación. Será una investigación basada en la teoría psicodinámica. Los libros que se utilizaron fueron:

  • Julieta de Batista- El deseo en las psicosis
  • Contardo Calligaris – Clínica diferencial de la psicosis.

 

Desarrollo

Este estudio tuvo como objetivo encontrar la relación que existe entre el abuso infantil y las experiencias de tipo psicótico. De esta forma se planea explicar de qué manera un abuso infantil puede desarrollar episodios de tipo psicótico, que puede llegar a ser un detonante para generar psicosis u otra psicopatología, basándose principalmente en la teoría psicodinámica.

Para esta investigación se tomaron en cuenta a diferentes exponentes de la teoría psicodinámica principalmente Lacan. Para explicar la incidencia de la psicosis en personas que han sufrido traumas infantiles, se explica el principio de la misma vista desde la teoría psicoanalítica de Lacan.

Lacan detuvo su reflexión sobre la transferencia en la cuestión preliminar de la posición que especifica a la psicosis (LACAN, 1958). Sin embargo, algunas indicaciones posteriores nos permiten pensar los términos en que este problema podría plantearse. En el Pequeño discurso a los psiquiatras de Sainte Anne, Lacan ubica la importancia de la angustia que el encuentro con el psicótico produce y la respuesta de quien lo escucha. En cuanto a la primera, se debe a la inversión de lugares: el psicótico con el objeto en el bolsillo no puede más que causar la división del otro. En cuanto a la segunda, la respuesta, Lacan ubica al menos dos alternativas: responder por el miedo y defenderse del encuentro erigiendo barreras de protección (ya sean las paredes del asilo o la teoría) o bien responder con “otra cosa” frente a esa angustia que el encuentro produce.

La primera alternativa queda del lado de la posición del psiquiatra: tomar al loco como objeto de estudios. La segunda, es la del psicoanalizado. Lacan esperaba un progreso capital del hecho de que un psicoanalizado se ocupe un día verdaderamente del loco (LACAN, 1967). Un psicoanalizado, es decir, alguien que pueda responder con “otra cosa” que con la angustia que el encuentro con el psicótico produce.

Alguien que no obture su división con el saber de la teoría ni con las barreras de los asilos. Alguien que pueda llevar las cosas más allá de la angustia. Un psicoanalizado que recupere la dimensión del encuentro sin recaer en la posición del psiquiatra, que se defiende de la angustia con la teoría.

La concepción teórica que Lacan propone de la psicosis parte de situar en primer plano la relación del sujeto con el lenguaje. Es en función de esta idea que plantea retomar el término de “automatismo mental” de Gaetan de Clérambault para designar esos fenómenos en que el lenguaje se pone a hablar por sí solo, y que se caracterizan por ser fundamentalmente anódicos, es decir, no conformes a una sucesión de ideas.

En relación a este tema, en el Seminario 3 dedicado a Las Psicosis, Lacan dice lo siguiente: “Precisamente, porque es llamado en el terreno donde no puede responder, el único modo de reaccionar que puede vincularlo a la humanización que tiende a perder, es personificarse perpetuamente en ese comentario trivial de la corriente de la vida que constituye el texto del automatismo mental”. 

Los fenómenos clínicos de la psicosis se caracterizan por lo que Lacan llama inercia dialéctica y dan cuenta de un déficit en el polo metafórico del lenguaje. El significante del síntoma ha perdido sus lazos con el resto de la cadena significante, se ha separado y permanece aislado, como un significante en lo real.

La relación con el lenguaje implica, para el sujeto, sentir una intimación perpetua, una solicitación, incluso una intimidación, a manifestarse en ese plano. Nunca, ni por un instante, el sujeto debe dejar de testimoniar que él está presente, que es capaz de responder. No estarlo sería la señal de lo que se llama una descomposición.

El desencadenamiento de la psicosis se produciría cuando el sujeto recibe, desde el campo del Otro, un llamado a responder desde un significante que no posee.

En el Seminario 3 Lacan utiliza, tomándolo de Freud, el término alemán verwerfung para designar el mecanismo causante de la psicosis. Si bien hay momentos en que lo plantea con cierta ambigüedad y da a entender que se trataría de un rechazo de un significante que quedaría excluido de lo simbólico, creo que más bien alude a una falla en la constitución misma de lo simbólico, a una carencia básica de un significante primordial. La noción de verwerfung indica que previamente ya debe haber algo que falta en la relación con el significante, en la primera introducción, a los significantes fundamentales.

Según Calligaris, la clínica a la que estamos acostumbrados, la clínica psiquiátrica clásica nos dice que, si no hay fenómenos psicóticos, no hay fenómenos elementales de la psicosis, no hay como tal una psicosis. La clínica psicoanalítica es estructural, esta clínica si habla de estructura psicótica sin la presencia de una crisis o de alguna manifestación. Cualquier tipo de estructuración del sujeto es una estructura de defensa. La hipótesis de que estímulos externos produzcan efectos sobre este tipo es pertinente, lo que desencadena una crisis psicótica es considerado como una intervención externa.

El problema fundamental de la psicosis es que el síntoma social dominante es la neurosis, así el psicótico encuentra una imposición a referirse a una instancia paterna. La angustia en la psicosis fuera de crisis, está relacionada con el carácter. El psicótico también es una persona autónoma. La problemática de un psicótico es el saber, es como recorrer y construir

De esta manera se puede explicar, como es que un evento traumático en la vida infantil puede traer o desencadenar diferentes tipos de psicosis, aun a personas que no tienen una estructura psicótica. Con esto nos referimos a que aun existiendo personas sin ninguna psicopatología con diferentes abusos en su infancia podría llegar a experimentar episodios de tipo psicótico y en ocasiones extremas desencadenar una patología.

Al momento en el que una persona experimenta algún trauma, se crea inmediatamente un mecanismo de defensa para estabilizar su bienestar, pero al momento en el que existe un detonante, esto puede tener repercusiones en la vida adulta del sujeto.

La teoría psicodinámica si sustenta la explicación de la psicosis y como un evento traumático puede desencadenar la misma, a pesar de excluir aspectos internos del ser humano, como la genética.

Consecuencias a largo plazo del trauma en la niñez

TEPT es un trastorno crónico. Sin tratamiento, el syndrome de estrés post traumático y el trastorno de estrés postraumático se disuelve a una velocidad muy lenta. De hecho, las secuelas emocionales, conductuales, cognitivas y sociales residuales del trauma de la infancia persisten y parecen contribuir a una serie de problemas neuropsiquiátricos durante toda la vida.

El estrés traumático en la infancia aumenta el riesgo de problemas de apego, trastornos de la alimentación, depresión, conducta suicida, ansiedad, alcoholismo, conductas violentas, trastornos del estado de ánimo y, por supuesto, el TEPT, por nombrar algunos. El estrés traumático también afecta otros aspectos de la salud física durante toda la vida. Los adultos víctimas de abuso sexual en la infancia tienen más probabilidades de tener dificultades en el parto, una variedad de trastornos gastrointestinales y ginecológicos y otros problemas somáticos como dolor crónico, dolores de cabeza y fatiga. El estudio de las experiencias adversas en la infancia (Adverse Childhood Experiences) (ver recursos) examinaron la exposición a siete categorías de eventos adversos durante la niñez (por ejemplo, abuso sexual, abuso físico, presenciar violencia en el hogar: eventos asociados con el aumento de riesgo de trastorno de estrés postraumático).

Este estudio encontró una relación gradual entre el número de eventos adversos en la niñez y los resultados obtenidos de salud y enfermedad de los adultos examinados (por ejemplo, enfermedades del corazón, cáncer, enfermedad pulmonar crónica, y las conductas de riesgo). Con cuatro o más eventos adversos de la infancia, el riesgo de varias condiciones médicas aumentó de 4 – a 12 veces. Perry, B. (2014). Child Trauma. Obtenido de Estrés, Trauma y Trastornos de Estrés Post Traumático en los niños.

Podemos definir como psicóticos a aquellos niños que no distinguen entre su realidad interna (fantasías y fantasmas) y el mundo externo. Estos niños tienen una percepción de la realidad alterada. De forma que viven sus miedos como algo real. Este trastorno afecta al desarrollo, conducta y personalidad del niño.

Algunas veces se ha confundido erróneamente la psicosis infantil con el autismo, sin embargo, los niños psicóticos no tienen por qué presentar una actitud de aislamiento en la que se evita el contacto con los demás. La psicosis infantil suele basarse en una distorsión de la realidad.

No es común que la psicosis comience antes de los 12 años de edad, sin embargo, sí que pueden darse algunos casos de psicosis infantil. Aunque existe bastante diversidad de adaptación, muchos de los niños que experimentan psicosis infantil, pueden convertirse en adultos con dificultades en sus relaciones sociales.

Psicosis infantil

Los síntomas de la psicosis infantil son similares a los que aparecen en adultos. Aquí detallamos los principales síntomas psicóticos en un niño:

Síntomas positivos en psicosis de inicio precoz

  1. Alucinaciones: Las alucinaciones son percepciones sensoriales en ausencia de un estímulo externo. Es decir, ver, oír, sentir, oler cosas que no están presentes. Una persona que está sufriendo una alucinación puede ver cosas que no existen o escuchar a personas hablar cuando están solos.
  2. Delirios: Son creencias falsas que no se basan en hechos de realidad. Por ejemplo, piensas que vas a ser dañado o herido; que ciertos comentarios o gestos se dirigen a ti; que tienes una habilidad excepcional o fama; otra persona está enamorada de ti; o que una gran catástrofe va a suceder. Los delirios ocurren en la mayoría de personas con esquizofrenia.
  3. Alteraciones en el lenguaje y pensamiento, esto interfiere en la comunicación y en la comprensión de la realidad. Se vuelven desorganizados e incoherentes.
  4. Suspicacia o desconfianza hacia los demás.

Comparados con los adultos, los jóvenes y adolescentes tienden a tener más alucinaciones, pero menos delirios.

Síntomas negativos en psicosis infantil

  1. Dificultades para relacionarse con los demás
  2. Dificultades para entender y expresar las emociones
  3. Ausencia de espontaneidad
  4. Problemas para entender las bromas, lenguaje muy literal

Ciertos síntomas psicóticos alteran el desarrollo psicosocial, cognitivo y desempeño en la vida cotidiana y pueden ser frecuentes en la infancia y la adolescencia. Incluso son comunes en niños que han sufrido algún tipo de trauma (abuso físico, emocional y/o sexual). En la gravedad de la psicosis intervienen factores ambientales como las drogas o el estrés.

La enfermedad que más se suele asociar con psicosis, la esquizofrenia, por lo general no se manifiesta hasta muy tarde en la adolescencia o principios de la edad adulta. Sin embargo, recientemente, los expertos en el campo han estado trabajando para identificar a los niños de alto riesgo que muestran síntomas que podrían servir como signos tempranos de advertencia de psicosis y se han establecido varios centros académicos para que se concentren en este período crucial en el que puede que sea posible cambiar la trayectoria de la enfermedad mental.

No todos los niños a quienes se les identifica con lo que los expertos llaman síntomas “prodrómicos” progresarán, o “se transformarán”, a una enfermedad psicótica establecida. Pero se ha demostrado que la intervención temprana mejora los resultados para aquellos en quienes sí sucede. Y como los síntomas psicóticos causan trastorno en la vida de un adolescente, desde la escuela hasta las amistades y la familia, los investigadores esperan que las medidas rápidas puedan impedir la alteración y prolongar el funcionamiento característico.

Más aún, algunos de los enfoques que muestran ser prometedores para retardar el inicio de la psicosis o mitigar los síntomas incluyen cambios bastante sencillos en el estilo de vida, como la reducción del estrés y la higiene del sueño, y manejar los trastornos que ocurren al mismo tiempo, como la ansiedad. La clave: identificar más temprano a los niños de alto riesgo cuando estas medidas de bajo impacto todavía son efectivas.

La psicosis al fin y al cabo, es la catástrofe del sujeto, surgida de una combinación en proporciones desconocidas, de constreñimiento biológico, embotamiento familiar, presión sociohistórica y bruta muerte pulsional.

La psicosis es un trastorno mental grave que puede tener un origen diverso y que de manera común se caracteriza por alteraciones del pensamiento (delirios) y de la percepción (alucinaciones), aunque suele afectar a muchas otras esferas psicopatológicas.

Clasificación. Los principales trastornos psicóticos son la esquizofrenia, el trastorno esquizoafectivo, el trastorno esquizofreniforme y el trastorno de ideas delirantes, aunque la depresión y la manía del trastorno bipolar también pueden presentar síntomas psicóticos.

Psicosis secundarias. Diversas enfermedades médicas, tóxicos, alcohol y fármacos pueden producir cuadros psicóticos secundarios, muchas veces indistinguibles de las psicosis primarias. La labor diagnóstica principal es diferenciar si se trata de una psicosis primaria o secundaria mediante una exploración física minuciosa y pruebas complementarias.

Tratamiento. En las psicosis secundarias el tratamiento es etiológico, aunque también sintomático mediante antipsicóticos. En el caso de la esquizofrenia el pilar fundamental del tratamiento es aún sintomático. Es preferible el uso de fármacos antipsicóticos de segunda generación o atípicos, especialmente por la menor incidencia de efectos motores, aunque es necesario un seguimiento de sus posibles efectos sobre el metabolismo.

La mayor parte de las guías de consenso de tratamiento diferencian etapas del tratamiento en fase aguda y de mantenimiento. En esta última tienen un mayor papel algunas modalidades de rehabilitación de diferente finalidad terapéutica e intervención psicosocial.

Manifestaciones clínicas de la psicosis

La combinación de síntomas de las psicosis puede ser muy variable, con independencia de su origen orgánico o funcional, primario o secundario. En general, afecta al pensamiento, la sensopercepción y la psicomotricidad. En la tabla 2 se muestran los síntomas más característicos de las psicosis en cada una de las áreas de la psicopatología.

Como ocurre en todos los cuadros psiquiátricos, la mayor parte de sus manifestaciones son síntomas, es decir, alteraciones subjetivas del paciente y sólo ocasionalmente pueden presentarse algunos signos, manifestaciones objetivas y que el observador puede provocar en el paciente.

Otras manifestaciones y síntomas de alarma

Pueden aparecer otras manifestaciones y cambios conductuales. Por ejemplo, en la conducta social. En la manía es característica la extrema sociabilidad, por el contrario en los brotes esquizofrénicos lo son la evitación, la falta de empatía y las actitudes desconfiadas. Los pacientes psicóticos pueden mostrar actitudes o apariencia extraña, muchas veces como respuesta a sus ideas delirantes y alucinaciones. El humor puede ser extraordinariamente variable de un caso a otro.

Desde estados de felicidad hasta estados de humor depresivo y angustia. El paciente puede mostrarse desde inhibido a impulsivo. Otra característica central es la escasa o nula conciencia de enfermedad. Asociada a ello el paciente puede mostrarsepoco colaborador y reacio a aceptar cualquier indicación terapéutica.

Algunos de los cambios respecto a la manera habitual de comportarse pueden suponer verdaderos síntomas de alarma de primeros brotes de psicosis o de su descompensación. Característicamente, el insomnio más o menos global, la tendencia al aislamiento, el descuido del cuidado, de la higiene personal o la alimentación, las actitudes de desconfianza y el comportamiento y el lenguaje extraño o incomprensible.

Según (Rhodes, O’Neill, & Nel, 2018) en un estudio se investigó la perspectiva en primera persona de las personas con psicosis que sobrevivieron al abuso sexual infantil.

Se empleó el análisis fenomenológico interpretativo para explorar las experiencias de 7 mujeres con antecedentes de abuso sexual y psicosis.

El análisis generó seis temas: (a) la degradación del yo, la vergüenza, la culpa y, a veces, el disgusto; (b) atrapamiento del yo corporal, experimentando restricción y distorsión corporal; (c) una sensación de ser diferente a los demás, que involucra problemas interpersonales; (d) lucha sin fin y depresión, un sentido generalizado de derrota; (e) condenas y abusos psicóticos, que describen fenómenos psicóticos relacionados con el daño y el abuso sexual; y (f) la percepción de vínculos con el pasado, los enlaces realizados desde el abuso pasado al funcionamiento actual.

Los participantes sufrieron dificultades psicológicas, físicas e interpersonales extremas pasadas y presentes.

Discusión

La teoría psicoanalítica puede resultar una limitación, ya que la misma se basa únicamente en la parte ambiental y en la experiencia del sujeto, sin tomar en cuenta la base genética del sujeto. Esto podría ser una limitación, ya que, en muchas ocasiones, la base ambiental tiene cierto peso en las patologías.

Por otro lado, el hecho de que el autor en el que se basó el texto no tenga escritos y por el contrario tenga únicamente conferencias, también pudo resultar como una limitación al no tener suficiente información, y además información que no siempre es clara, debido a traducciones y otros factores externos.

Conclusión

Se puede concluir, que, si existe relación entre los traumas por abuso infantil y las experiencias de tipo psicótico, ya que, para la teoría psicodinámica, los seres humanos acumulan experiencias en su inconsciente y la infancia es la principal fuente para la formación del sujeto. Sin tomar en cuenta la parte genética, el trauma de un abuso puede resultar como un detonante para la formación de la psicosis en la vida adulta.

Se puede decir que estos traumas, son detonantes para que los niños desarrollen experiencias de tipo psicótico, ya el abuso es experiencia traumática.

Referencias

  1. Calligaris, C. (1991). Introducción a una clínica diferencial de las psicosis. Buenos Aires: Ediciones Nueva Visión.
  2. De Battista, J. (2015). El deseo en la psicosis. Buenos Aires: Letra Viva.
  3. Freeman, D., & Fowler, D. (1 de Julio de 2008). Routes to psychotic symptoms: Trauma, anxiety and psychosis-like experiences. Obtenido de Elsevier: www.elsevier. com/ locate/ psychres
  4. Ilya Baryshnikova, K. A., & al., e. (1 de Diciembre de 2017). Features of borderline personality disorder as a mediator of the relationbetween childhood traumatic experiences and psychosis-like experiences in patients with mood disorder. Obtenido de Elsevier: http://www.europsy- journal.com
  5. Katja Dittrich, K. B. (2018). Child abuse potential in mothers with early lifemaltreatment, borderline personality disorder and depression. Obtenido de The British Journal of Psichiatry.
  6. Lyness, A. (Agosto de 2015). Kids Health. Obtenido de https://kidshealth.org/es/parents/child-abuse-esp.html
  7. Perry, B. (2014). Child Trauma. Obtenido de Estrés, Trauma y Trastornos de Estrés Post Traumático en los niños: https://childtrauma.org/wp-content/uploads/2014/10/PTSD_Spanish_sm.pdf
  8. Segutta, M., Gaweda, L., Moritz, S., & Karow, A. (24 de Julio de 2018). The mediating role of borderline personality features in the relationship between childhood trauma and psychotic-like. Obtenido de Elsevier: htt p:// www.europsy-j ournal. com
  9. Thompson, A., Nelson, B., McNab, C., & al., e. (14 de Febrero de 2010). Psychotic symptoms with sexual content in the “ultra high risk” for psychosis population: Frequency and association with sexual trauma. Obtenido de Elsevier: www.elsevi e r.com/locate/psychres
  10. Rhodes, J. E., O’Neill, N. D., & Nel, P. W. (2018). Psychosis and sexual abuse: An interpretative phenomenological analysis. Clinical Psychology & Psychotherapy, 25(4), 540–549. https://doi.org/10.1002/cpp.2189
30 August 2022
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