Análisis de Un Fragmento de “The Tempest” de William Shakespeare

Un fragmento analizado pertenece a la última obra escrita por William Shakespeare “The Tempest”, y se encuentra en la segunda parte del tercer acto. La obra fue representada por primera vez en 1611 en el palacio de Whitehall de Londres y es una de las obras más breves de Shakespeare, ya que toda la trama transcurre en un solo día. Su estructura es compacta y está ceñida a las unidades clásicas de lugar, tiempo y acción.

La obra está escrita en verso y prosa y contiene un ritmo ligero. La cadencia del pentámetro yámbico, o verso blanco inglés, que es un tipo de verso de cinco pies de yambo, cada uno de los cuales suele estar compuesto de dos sílabas, una no acentuada y otra acentuada, y una sílaba opcional no acentuada al final, está menos marcada por la abundancia de encabalgamientos, que restan la potencia rítmica de esos cinco versos. Contiene una métrica sin rima, muy utilizada por William Shakespeare para componer gran parte de su obra dramática. En “The Tempest” contrasta la retórica de los personajes nobles expresada en verso con la prosa salpicada de improperios y blasfemias de los criados, aunque todos cometen el mismo pecado de sedición.

La obra se abre con una fuerte tempestad en el mar desatada por Ariel (a mandato de Prospero), cuando adivina que su hermano Antonio viaja en un buque cerca de la isla en la que se encuentra. En ella, Prospero cuenta con la compañía de su hija Miranda y descansa con sus numerosos libros dedicándose al estudio y conocimiento de la magia. Esa isla (lugar en el que va a desarrollarse toda la acción dramática) no es cualquier isla en medio del mar. De manera retrospectiva, Prospero nos cuenta que en la isla habitaba la bruja Sycorax, la cual tenía preso a Ariel (espíritu alado que representaba el viento y las fuerzas misteriosas de la naturaleza). Pero Prospero tampoco es un ser corriente, está dotado de misteriosos poderes que en su día fueron capaces de someter y dar muerte a Sycorax. Así fue, también, cómo Ariel fue liberado, y Caliban adoptado y, aunque lo quisieron educar bien, su educación fue ineficaz pues no obtuvieron buenos resultados.

En este fragmento de la obra, Caliban (un nativo deforme y monstruoso) le cuenta a Stephano la historia de como un mago le arrebató la isla mientras Ariel (enviado por Prospero para provocar disputas entre los hombres de la isla) les interrumpe y, como es invisible, se piensan que es Trinculo (el bufón) y Stephano le agrede y le dice que se aparte (“Stand farther.”) para que Caliban pueda proseguir con su historia. Este le cuenta a Stephano como puede convertirse en el dueño de la isla y le quiere llevar donde se encuentra el mago para que, cuando esté haciendo la siesta (“’tis a custom with him, I’ th’ afternoon to sleep”), le quite sus libros (“Having first seized his books”) y le mate de un golpe en la cabeza (“there thou mayst brain him”) (“or with a log Batter his skull”) o destripándolo con una estaca (“Or cut his wezand with thy knife”). Prospero ha adquirido sus artes mágicas en los libros, lo que le ha asegurado el dominio sobre la isla y la sumisión de Ariel y Caliban, el cual le dice a Stephano que si se los quita (“Remember First to possess his books”) y los quema el mago pierde todos sus poderes y queda indefenso y tan necio como él mismo (Caliban). También le habla de la belleza de su hija Miranda (“And that most deeply to consider is The beauty of his daughter”) y la compara con su propia madre, Sycorax (“But only Sycorax my dam and she; But she as far surpasseth Sycorax As great’st does least”), alegando que jamás había visto tal mujer (“I never saw a woman,”). Stephano queda asombrado con sus palabras y su referencia a la dama, preguntándose si será realmente tan bella como Caliban la describe (“Is it so brave a lass?”). Miranda representa la pureza de los altos ideales: la justicia, la igualdad, la libertad, la hermandad. La conciencia de Prospero sobrevive al destierro, únicamente gracias a estos altos ideales, que le permiten seguir adelante durante el exilio.

Tras narrar su historia, Caliban logra convencer a Stephano para matar a Prospero, ofreciéndole el mando de la isla y, junto con Miranda, su legitimidad como rey.

La cuestión del lenguaje forma parte del tema de la colonización y también de la oposición entre la naturaleza en su estado primitivo y el arte o la cultura, recibiendo un tratamiento sumamente complejo. Para los colonizadores, los sonidos emitidos por los indígenas eran un signo más de su barbarie. El salvaje no recibe categorización humana, siendo conceptuado como objeto o cosa. Caliban es un esclavo negro indomable, brutalmente castigado y torturado. Prospero lamenta cuán inútil ha sido tratar de educarle, extraerle de la animalidad y enseñarle su lengua, pues sólo la emplea para escupir injurias y maldiciones, ya que si no hubiera llegado Prospero, él sería el rey de la isla, a la que tiene legítimo derecho por su madre, la antigua habitante de la misma, la bruja Sycorax.

Caliban, expresa los aspectos instintivos de Prospero, su inconsciente, el fondo animal de los seres humanos, reacio a la civilización, lujurioso y lleno de energía. Pese a los peligros que conlleva, no es posible prescindir de él, pues en él radica la fuerza. Shakespeare alcanza un éxito especial al describir el carácter compartido del inconsciente y los instintos, al colocar a dos marineros y al monstruo bajo una misma manta, ya que elige la versión exótica del nativo superpuesta a la del hombre salvaje que ya existía en la europa medieval. El salvaje ocupaba un lugar intermedio entre los seres humanos y las bestias, entre la razón y el instinto, la virtud y el vicio, lo moral y lo inmoral.

Caliban ve a Prospero como un mago el cual ha aprendido su magia de los libros, y, sin ellos, seria un don nadie, no como su propia madre Sycorax, la bruja a la cual Prospero arrebató la vida para convertirse en dueño de la isla. La magia de Prospero es considerada “blanca” y beninga en contraposición a la de la bruja Sycorax, tachada de maligna. Sin embargo, al examinar los poderes de Prospero, una vez que conseguidos sus fines decide renunciar a sus artes mágicas, después de enunciarlas, se hace evidente que en nada difieren de las de ella. Caliban sabe que el poder del mago está en sus numerosos libros de magia y por eso urge a Trinculo y a Stephano a arrebatárselos para llegar a conseguir el éxito de su rebelión. Aunque algunas críticas aluden que fueron los desaprensivos expedicionarios, en la búsqueda exclusiva del beneficio propio, los que corrompieron a los nativos, como Stephano y Trinculo hacen con Caliban, al que emborrachan y del que se aprovechan accediendo a aliarse con él para derrocar a Prospero.

“The Tempest” no es ni un discurso sobre el colonialismo ni un testamento místico, haciendo referencia a las falsas interpretaciones que se han dado de la obra. Se trata de una comedia con elementos mágicos que muestra la revancha de un duque, su victoria y su perdón contra los que le habían traicionado. Hay reflexiones bufas sobre el gobierno de los países, idilio entre dos amantes y escenas cómicas. Hay una metáfora general sobre el poder. Todo ello aderezado con la presencia de Caliban, monstruoso salvaje, que ni de lejos se puede defender como símbolo de emancipación indígena.

En el acto final, Prospero revela su verdadera identidad y emplaza a su hermano a que le devuelva el Ducado de Milán, Sólo forzadamente, Antonio restituye el Ducado. Sin embargo, Prospero, le extiende su perdón y renuncia a su magia lanzando sus libros al fondo del océano y dejando en libertad a Ariel, triunfando finalmente el orden y la civilización. 

27 April 2022
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