Apareción del Pecado y Salvación de los Hombres según los Libros Evengélicos

En el principio Dios creo al hombre y le dio la clara instrucción de no comer del árbol del bien del mal Génesis 3:3, sin embargo, Adán y Eva decidieron hacerlo y desobedecer al Señor, lo cual trajo el pecado al mundo y separo al hombre de la presencia de Dios, poniendo en gran caos toda a creación y vida del ser humano, quien desde allí en adelante se enfrentaría a grandes pruebas y tribulaciones. Dios después de esta caída promete en su infinita gracia y misericordia levantar un Salvado, un Redentor que liberaría al hombre y a la creación de la maldición, poder y consecuencias del pecado, Génesis 3:15.

A partir de allí, Dios decide elegir a un hombre del cual levantaría una gran nación y de donde vendría el Mesías prometido desde Adán. Abraham Gen 12:1-3. Abraham tiene dos hijos uno de ellos el prometido de Dios como heredero Isaac quien así mismo tiene dos hijos Esaú y Jacob Gen 25:23; a este último Dios lo elije para hacer de él un pueblo y nación entera que se encargaría de dar a conocer el nombre del Señor por las naciones y proclamaría la venida del Redentor prometido Gen 28:13-15.

A este pueblo se le llamo Israel, Gen 32:28, y a los hijos de Jacob se les dio la bendición de formar el pueblo de Dios quien los llevo a Egipto a pasar un tiempo de esclavitud como el Señor le hablo a Abraham Gen 15:13-15. Después de 400 años el Señor levanto a Moisés el profeta que sacaría a su pueblo de Egipto, a él se le dio la ley del Señor que todo el pueblo debía cumplir como muestra de obediencia y amor a Dios; en el monte Sinaí Moisés recibió las tablas con los mandatos del Señor en los cuales debían andar todos los días de su vida en el camino hacia la tierra prometida, sin embargo el pueblo no confiaba ni obedecía plenamente al Señor y en cada oportunidad que se presentaba, en cada inconformidad se levantaban contra Dios y le cuestionaban por haberlos sacado de Egipto, era una clara muestra del pecado que moraba en ellos y si incapacidad de agradar al Señor, aun con todo esto Dios continuaba guiándolos proveyéndoles todo cuanto necesitaban, mostrándoles su misericordia y amor.

La desobediencia constante de este pueblo les llevo a pasar muchos años en el desierto, su incredulidad les llevo a rebeldía y esto a la muerte. Pasaron varias generaciones hasta que pudieron finalmente llegar a puertas de la tierra prometida, sin embargo, Dios les habla una vez más de cómo deben comportarse y caminar para agradar al Señor en todo. Dios había mostrado su fidelidad y protección, les había librado de guerras y de extinción, pero aun así le pueblo era infiel y con tendencia a la idolatría, a todo tipo de pecado aborrecido por Dios.

El Señor había prometido que de este pueblo serian benditas todas las naciones Gen 12:3, por eso siempre hablaba a su pueblo para que caminaran correctamente, pues a pesar de todo él cumpliría su palabra. Tiempo atrás en el monte Sinaí el mismo pueblo pidió a Dios que les hablara por medio de profetas Ex 20:18-20. El Señor concedió esa petición y a lo largo de toda la historia Dios usó profetas para llevar su palabra, por ello Moisés hablaba el pueblo de parte de Dios y antes de entrar a la tierra prometida les da el mensaje del Señor advirtiéndoles cuales serían las consecuencias si le obedecían o no hacían caso a sus mandamientos Dt 28.

El pueblo entra después de tanto tiempo en el desierto a la anhelada tierra prometida por guía de Josué con la clara instrucción de destruir todos los pueblos y su cultura para que no se contaminaran de ellos al poseer la tierra que Dios les daba. El pueblo por su parte considero que cumplir y que no de acuerdo a su propia opinión dejando de lado las advertencias del Señor a tal punto de pedir un rey que los guiara en las batallas y los gobernara 1 Sam 84-9. El Señor les había mostrado desde su salida de Egipto quien era el que los sustentaba y cuidaba, pero ellos no reconocían su protección. Dios concede su petición y levanta al rey Saúl para gobernar al pueblo quien más adelante pide por terror de los ataques de otros pueblos que sean nuevamente gobernados por Dios pero ya se les había advertido de las consecuencias de su decisión, sin embargo por medio del Juez y sacerdote Samuel el Señor le dice: “ Si temiereis a Jehová y le sirviereis, y oyereis su voz, y no fuereis rebeldes a la palabra de Jehová, y si tanto vosotros como el rey que reina sobre vosotros servís a Jehová vuestro Dios, haréis bien. Más si no oyereis la voz de Jehová, y si fuereis rebeldes a las palabras de Jehová, la mano de Jehová estará contra vosotros como estuvo contra vuestros padres”. 1 Sam 12:14-15.

El rey Saúl desobedece al Señor y es quitado de su trono el cual es dado a David quien caminó de acuerdo al Señor y recibió la promesa de que el vendría un Rey que gobernaría para siempre con equidad y justicia agradando siempre al Señor; este mismo Rey es el Mesías prometido desde la simiente de Abraham para redimir a su pueblo y nación 2 Sam 7:12-14. Saldrá una vara del tronco de Isaí, y un vástago retoñará de sus raíces. Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor de Jehová. Y le hará entender diligente en el temor de Jehová. No juzgará según la vista de sus ojos, ni argüirá por lo que oigan sus oídos; sino que juzgará con justicia a los pobres, y argüirá con equidad por los mansos de la tierra; y herirá la tierra con la vara de su boca, y con el espíritu de sus labios matará al impío. Y será la justicia cinto de sus lomos, y la fidelidad ceñidor de su cintura. Isaías 11:1-5.

De allí en adelante cuando muere Salomón el pueblo de Dios se divide y en la mayoría de reyes siguientes hacen lo malo delante del Señor, dándose en casamiento con mujeres de otras culturas y adoptando sus prácticas, se alejan del Señor y caen en profunda idolatría al punto de subyugar a sus propios hermanos, también se olvidan de las ordenanzas del Señor en cuanto a los sacrificios, la santidad y rectitud con que debían andar. Por lo cual Dios levanta profetas que hacen un llamado al pueblo hacia el arrepentimiento y les manifiestan las consecuencias de su desobediencia y dureza si no lo hacen.

El señor a lo largo de la historia de Israel y Judá les manifestó que si no se arrepentían de sus pecados y se volvían al Señor una gran destrucción vendría para ellos y tal seria esta destrucción como lo profetizo en Dt 28. En Joel el Señor da a conocer como las plagas prometidas empezaron a atacar al pueblo de Israel haciéndoles ver que la palabra del Señor se cumpliría si no se arrepentían, Joel 2:12-13. Amos 3:1; 11 les advierte de su caída y cautiverio por ser opresores de su propio pueblo.

Habacuc reconoce delante del Señor el pecado que mora en su pueblo y pide ayuda a Dios, quien le responde que envirará a un pueblo que los llevará cautivos como consecuencia de su pecado y dureza de corazón, lo Babilonios, vendrán y se llevarán a todo el pueblo desalando la ciudad y dejando solo ruinas. A pesar de las múltiples advertencias que Dios hace el pueblo, este se niega a escuchar y apartarse del mal pues dicen “ni bien ni mal hará el Señor” Sof 1:12. El Señor había permitido que pasara el tiempo para que le pueblo escuchara y se arrepintiera, pero no quisieron hacerlo. “por cuanto no oyeron mis palabras, dice Jehová, que les envié por mis siervos los profetas, desde temprano y sin cesar; y no habéis escuchado, dice Jehová. Jeremías 29:19.

Dado que el pueblo decidió ir tras sus deseos y apartarse por completo del Señor, ÉL mismo los entrego en mano de Nabucodonosor, para que fuesen cautivos y dispersados. Sin embargo, el Señor prometió que no sería así para siempre, que los libraría nuevamente de esta mano opresora y que restauraría la nación para que fuera nuevamente el pueblo de Dios donde el será glorificado y exaltado.

El Señor prometió que destruiría a todas las naciones que han perseguido y hecho mal contra su pueblo “Así ha dicho Jehová: He aquí que yo levanto un viento destruidor contra Babilonia, y contra sus moradores que se levantan contra mí. Y enviaré a Babilonia aventadores que la avienten, y vaciarán su tierra; porque se pondrán contra ella de todas partes en el día del mal. Diré al flechero que entesa su arco, y al que se enorgullece de su coraza: No perdonéis a sus jóvenes, destruid todo su ejército. Y caerán muertos en la tierra de los caldeos, y alanceados en sus calles.

Dios ha prometido que un día su pueblo no será más afligido y será rescatado y gobernado por El Rey prometido, el salvador “Porque, he aquí, vienen días», —declara el Señor— «cuando restauraré el bienestar de mi pueblo, Israel y Judá». El Señor dice: «También los haré volver a la tierra que di a sus padres, y la poseerán»”. Jer 31:3;9-11 sino que servirán al Señor su Dios, y a David su rey, a quien yo levantaré para ellos. Así que tú no temas, siervo mío Jacob» —declara el Señor—«ni te atemorices, Israel; porque he aquí, te salvaré de lugar remoto, y a tu descendencia de la tierra de su cautiverio. Y volverá Jacob, y estará tranquilo y seguro, y nadie lo atemorizará. Porque yo estoy contigo» —declara el Señor— «para salvarte; Jer 31:33-34 porque este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días —declara el Señor— Pondré mi ley dentro de ellos, y sobre sus corazones la escribiré; y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo. Y no tendrán que enseñar más cada uno a su prójimo y cada cual a su hermano, diciendo: «Conoce al Señor», porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande —declara el Señor— pues perdonaré su maldad, y no recordaré más su pecado.

Esta restauración solo será posible por medio del Redentor, el Señor Jesús quien es el Hijo de Dios que viene de la descendencia de Abraham y David como Dios lo prometió, Isaías 7: 14 Por tanto, el Señor mismo os dará una señal: He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel, Isaías 9:6-7 Porque un niño nos ha nacido, un hijo nos ha sido dado, y la soberanía reposará sobre sus hombros; y se llamará su nombre Admirable Consejero, Dios Poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz. El aumento de su soberanía y de la paz no tendrán fin sobre el trono de David y sobre su reino, para afianzarlo y sostenerlo con el derecho y la justicia desde entonces y para siempre. El celo del Señor de los ejércitos hará esto.

Cristo vendrá y redimirá a su pueblo y a los gentiles, les dará un cielo y tierra nueva en la cual él será el Rey y Señor, pero todo esto se dará por su sacrificio Isaías 52:13-15 He aquí, mi siervo prosperará, será enaltecido, levantado y en gran manera exaltado. De la manera que muchos se asombraron de ti, pueblo mío, así fue desfigurada su apariencia más que la de cualquier hombre, y su aspecto más que el de los hijos de los hombres. Ciertamente Él asombrará a muchas naciones, los reyes cerrarán la boca ante Él; porque lo que no les habían contado verán, y lo que no habían oído entenderán. Isaías 53: ¿Quién ha creído a nuestro mensaje? ¿A quién se ha revelado el brazo del Señor?

Creció delante de Él como renuevo tierno, como raíz de tierra seca; no tiene aspecto hermoso ni majestad para que le miremos ni apariencia para que le deseemos. Fue despreciado y desechado de los hombres, varón de dolores y experimentado en aflicción; y como uno de quien los hombres esconden el rostro, fue despreciado, y no le estimamos. Ciertamente Él llevó nuestras enfermedades, y cargó con nuestros dolores; con todo, nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y afligido. Mas Él fue herido por nuestras transgresiones, molido por nuestras iniquidades. El castigo, por nuestra paz, cayó sobre Él, y por sus heridas hemos sido sanados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, nos apartamos cada cual por su camino; pero el Señor hizo que cayera sobre Él la iniquidad de todos nosotros. Fue oprimido y afligido, pero no abrió su boca; como cordero que es llevado al matadero, y como oveja que ante sus trasquiladores permanece muda, no abrió Él su boca. Por opresión y juicio fue quitado; y en cuanto a su generación, ¿quién tuvo en cuenta que Él fuera cortado de la tierra de los vivientes por la transgresión de mi pueblo, a quien correspondía la herida? Se dispuso con los impíos su sepultura, pero con el rico fue en su muerte, aunque no había hecho violencia, ni había engaño en su boca. Pero quiso el Señor quebrantarle, sometiéndole a padecimiento. Cuando Él se entregue a sí mismo como ofrenda de expiación, verá a su descendencia, prolongará sus días, y la voluntad del Señor en su mano prosperar. Debido a la angustia de su alma, Él lo verá y quedará satisfecho. Por su conocimiento, el Justo, mi Siervo, justificará a muchos, y cargará las iniquidades de ellos. Por tanto, yo le daré parte con los grandes y con los fuertes repartirá despojos, porque derramó su alma hasta la muerte y con los transgresores fue contado, llevando Él el pecado de muchos, e intercediendo por los transgresores.

Dios prometió un salvador que nos libraría del pecado y su poder, de su condenación y nos establecería la comunión con Dios, aun a pesar de la infidelidad de su pueblo escogido y la rebeldía del mundo, Dios cumple su palabra y ha enviado a un salvador que establecerá su salvación, poder y justicia por la eternidad. Por eso debemos acudir a su llamado con diligencia y arrepentirnos de nuestro pecado para no caer en su justo juicio y ser consumidos por el poder de su Santidad.

A Dios sea la honra y la gloria por todos los siglos. Amén. 

07 July 2022
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