Bombardeos Atómicos Sobre Hiroshima Y Nagasaki

 

Posteriormente a la primera guerra mundial, las potencias alidadas emitieron el convenio naval de Washington, en el que se limitaba la construcción de armamento naval para los países participantes en el tratado, con el objetivo de impedir un segundo enfrentamiento armado en el territorio marítimo; sin embargo, el acuerdo representó una ofensa para el Imperio Japonés, pues a este país se le limitaba el número de navíos de los que podía disponer, mientras que Estados Unidos y Gran Bretaña aseguraban su ventaja en el departamento naval.

Asimismo, durante la segunda guerra mundial Japón se alió con Alemania e Italia para formar el bloque de las potencias del eje, en consecuencia, Estados Unidos percibió este acto como como una injuria y decidió adoptar medidas para afectar la economía de Japón. La estrategia empleada por Estados Unidos fue minimizar el abastecimiento de petróleo en casi su totalidad, esta medida llevo a que Japón decidiera amenazar con la guerra a Estados Unidos en caso de que no levantara esta sanción; sin embargo, Estados Unidos no modificó sus disposiciones y, en consecuencia, Japón decidió que su primera táctica militar sería atacar a la central estadounidense de Pearl Harbor. Los norteamericanos, considerarían a estas acciones como un atentado sin justificación y, este ataque sería en gran medida uno de los factores que conduciría a la guerra; no obstante, Estados Unidos tenía otras motivaciones.

El 7 de diciembre de 1941 las fuerzas aéreas japonesas bombardearon sin advertencia la central norteamericana de Pearl Harbor ubicada en Hawái, el ataque significó para Estados Unidos bajas de alrededor de 3200 soldados, la pérdida de la gran mayoría de su armamento naval y aéreo ubicado en el pacífico, este acontecimiento fue el casus belli de la guerra contra Japón.

El 8 de diciembre del mismo año, el presidente Franklin D. Roosevelt presentó la declaración formal de guerra contra Japón y pronunció: “Ayer, 07 de diciembre de1941, una fecha que vivirá en la infamia, los Estados Unidos de América fueron atacados repentina y deliberadamente por fuerzas aéreas y navales del imperio de Japón” (Roosevelt., 1941). Después de este pronunciamiento, el Congreso y el presidente Roosevelt obtuvo la aprobación de la colectividad del Congreso con solo un voto en contra, para llevar a cabo acciones militares contra Japón. Según el fragmento del discurso presentado anteriormente, se puede apreciar que el inicio del conflicto fue consecuencia de la necesidad del país norteamericano por tomar represalias contra Japón.

Después del ataque a Pearl Harbor el presidente Roosevelt se persuadió de la necesidad aprobar el “Proyecto Manhattan”, un proyecto secreto a cargo del científico de nacionalidad estadounidense, Robert Openheimer, que buscaba desarrollar nuevas armas con una mayor potencia y eficiencia en la guerra, y que le pudieran entregar la ventaja táctica a Estados Unidos en los conflictos armados, en el proyecto Manhattan se trataba de convertir al uranio en una nueva fuente de energía que podía ser utilizada en la guerra y garantizaría la victoria a los Estados Unidos de América. Sin embargo, la creación de estas nuevas armas que, aunque otorgaron la ventaja bélica a Estados Unidos, fueron el origen de duras críticas hacia Estados Unidos y provocaron que la guerra se transformara en un acontecimiento aún más violento, pues después de que Estados Unidos arrojó las bombas, otras potencias decidieron empezar a desarrollar sus propias bombas, es decir, este ataque fue el detonante de una carrera armamentista entre diferentes países, pero sobre todo para Estados Unidos y la Unión Soviética, pues hasta cierto punto, esta fue la principal causa del conflicto que posteriormente se llamaría la guerra fría.

“Trinity” es el primer prototipo de bomba nuclear que en desarrollarse y días después se decide realizar una simulacro de su alcance y potencia, debido a ello la bomba es detonada el 16 de julio de 1945 en Nuevo México, Los resultados fueron más que satisfactorios, pues la bomba tenía un potencial destructivo mayor al esperado, después de las pruebas se fabricaron otras bombas más avanzadas, entre ellas las bombas: “Little Boy” y “Fat Man” que tendrían por objetivo Hiroshima y Nagasaki respectivamente. 

La conferencia de Potsdam fue una reunión entre los representantes de las potencias ganadoras de la segundad guerra mundial, se encontraban presentes el primer ministro de la Unión Soviética, Joseph Stalin, el presidente estadounidense Harry S. Truman y el primer ministro de Gran Bretaña Winston Churchill. Dentro de los temas que se trataron se destacaban: la división de Alemania, la resolución de problemas de guerra en Checoslovaquia y el pronunciamiento de Estados Unidos, exigiendo la rendición absoluta de Japón; sin embargo, a pesar de que los distintos países que participaban en la declaración de Potsdam habían acordado la rendición de Japón, esta manifestación fue rechazada en su totalidad por el imperio Japonés, en consecuencia, esta decisión fue la confirmación necesaria para que el presidente Harry Truman autorizara la utilización de la bomba atómica contra Japón días después del 3 de agosto de 1945.

El ataque a las ciudades de Hiroshima y Nagasaki fue la táctica bélica de Estados Unidos, que consistía en arrojar dos bombas nucleares contra las ciudades que abastecían y almacenaban el armamento de las fuerzas militares japonesas. Uno de los objetivos de Estados Unidos era culminar la guerra contra el Imperio de Japón de la forma más eficiente posible; no obstante, a pesar de que el ataque nuclear logró este cometido, no resulta acertado hablar de este atentado como una acción necesaria cuyo principal y único objetivo era: “[…] acortar la agonía de la guerra, la usamos para salvar las vidas de miles y miles de jóvenes estadounidenses.” pues, esto demuestra en mayor grado que Estados Unidos buscaba atenuar la realidad, y crear en la población la impresión de que utilizar la bomba atómica fue lo correcto, es por ello que aún 73 años después del ataque Estados Unidos no se retracta de la decisión llevada a cabo por el entonces presidente, Harry S. Truman. 

Se alegaba también que Estados Unidos había invertido una gran cantidad de recursos en esta guerra en consecuencia, debía asegurarse de ganarla, y el mejor modo de cumplir este propósito era utilizar la nueva arma desarrollada, que había significado para Estados Unidos una gran inversión, no utilizar la bomba atómica podría haberse considerado como un desperdicio de dinero y tiempo, esta acción sin duda habría representado también para el presidente Truman, fuertes críticas. Por ello, después del rechazo a lo acordado en la conferencia de Potsdam por parte Japón, Estados Unidos decide bombardear a las ciudades de Hiroshima y Nagasaki con el uso de una nueva arma de destrucción masiva, estos ataques se efectuaron entre el 6 y 9 de agosto de 1945 respectivamente, siguiendo las órdenes del entonces presidente Harry S. Truman, que anteriormente había convocado un comité que le asesorara sobre la decisión de atacar al imperio de Japón con estas nuevas armas y en caso afirmativo el establecimiento del cronograma oportuno y la elección de objetivos de ataque que debilitarían a Japón en mayor grado. La decisión de atacar a Japón fue definitiva y quedó justificada después del rechazo a las declaraciones de la reunión de Potsdam por parte de las autoridades japonesas, que se negaban a rendirse en la guerra contra Estados Unidos.

Finalmente, el seis de agosto de 1945 se lanzó la primera bomba atómica denominada “Little Boy” sobre la ciudad de Hiroshima, las bombas dañaron gran parte de la infraestructura de la ciudad, principalmente hospitales en consecuencia, el número de muertes fue incluso mayor al esperado; sin embargo, aun después de que Estados Unidos evidenciara el alcance del desastre que podían provocar las bombas, no se suspendió el segundo lanzamiento y tres días después se arrojaría la bomba denominada “Fat Man” sobre la ciudad de Nagasaki; la demostración de destrucción masiva que podían generar las armas nucleares conllevó a la rendición del Imperio Japonés de forma definitiva y total, pero no fue todo, debido a que el mundo entero había sido testigo del poder de destrucción que poseía Estados Unidos. Por consiguiente, los efectos negativos a largo plazo fueron que países como la Unión Soviética e Inglaterra empezaran los procesos para poder desarrollar armas nucleares y, contra todo pronóstico estadounidense, las potencias europeas y asiáticas lograrían su objetivo en un tiempo menor al esperado, llevando a la población de aquella época a vivir con el constante miedo de una guerra nuclear.

En los ataques a las ciudades de Hiroshima y Nagasaki, Estados Unidos empleó bombas aún más poderosas que la bomba “Trinity” que probaron en Nuevo México, debido a ello el impacto de la bomba “Little Boy” fue aún más demoledor, pues fue construida a partir de uranio, con un poder explosivo igual a 13 kilotones de dinamita y a pesar de ser un modelo de bomba más rudimentario que otras ya construidas, se pronosticó que era un tipo de bomba confiable y por lo tanto se decidió arrojar la bomba sobre la ciudad sin necesidad de realizar una ensayo previamente las consecuencias de arrojar la bomba fueron catastróficas, murieron miles de personas de forma instantánea y muchas otras de forma agónica durante los días siguientes, pues los hospitales y en general, la mayoría de los edificios quedaron destruidos tras la masacre.

La bomba arrojada sobre Nagasaki, fue una bomba moderna, que implotaba y al igual que la bomba “Little Boy” estaba construida a partir de uranio, al ser una bomba más vanguardista su capacidad destructiva también era mucho mayor que la bomba “Trinity” o la bomba “Little Boy”, es por ello que las consecuencias demográficas, económicas y ambientales después de los ataques a estas dos ciudades fueron inexorables para Japón y constituyeron un ataque con efectos desastrosos para la infraestructura, armamento, pero principalmente para la población.

Las entonces recientes armas desarrolladas por Estados Unidos podían emplearse de diversas formas y en diferentes escenarios, sin embargo, existieron importantes razones para determinar los objetivos de las bombas en Hiroshima y Nagasaki. Para empezar, Estados Unidos buscaba un blanco donde pudiera encontrar los suministros de arsenal y artillería y demás herramientas de guerra para de esta forma debilitar al ejército japonés. Además, Estados Unidos pretendía que las bombas causaran el mayor daño posible y en este caso la ubicación geográfica de Hiroshima les resultaba favorable, adicionalmente Estados Unidos sabía que si atacaba zonas urbanas causaría un mayor golpe psicológico sobre la población. Según Estados Unidos, el principal objetivo del uso de las bombas atómicas era terminar con la guerra; sin embargo, es evidente que además de ello, Estados Unidos buscaba que el ataque fuera reconocido internacionalmente y debido a ello hacer propaganda del poderío con el que contaba Estados Unidos para hacer frente a un país en un conflicto armado, es decir, esta agresión no solo formo parte de una táctica bélica, esta acción también constituyó una estrategia política para mostrar al mundo el poder militar de Estados Unidos y obtener una mayor influencia en el plano internacional.

Los motivos para arrojar las bombas sobre Hiroshima y Nagasaki para Estados Unidos fueron principalmente dar por terminado el conflicto, no obstante existían otros medios para lograr este cometido, por ejemplo: la ocupación de Japón por soldados estadounidenses, la detonación de la bomba en el océano o seleccionar como blanco un campo desierto en presencia de medios de comunicación y representantes del imperio japonés para producir un impacto psicológico en los japoneses y obtener su rendición sin causar daños a las ciudades aunque, resulta evidente que ningún otro medio utilizado podría haber logrado resultados tan rápidos y que representaran tantas ventajas para Estados Unidos, puesto que, arrojar las bombas sobre Hiroshima y Nagasaki logró terminar con el conflicto de forma rotunda y no resultó en la muerte de ningún soldado estadounidense. Además, el ataque lograría demostrar a las autoridades japonesas y soviéticas el desarrollado armamento del que disponía Estados Unidos para combatir, se dieron cuenta que su posibilidad de ganar era nula, adicionalmente, arrojar la bomba sobre Japón representó una campaña publicitaria sin precedentes sobre el poder bélico de Estados Unidos. Además, el país había previsto que las demás potencias tratarían de crear sus propias bombas, pero Estados Unidos se había convencido de que a los soviéticos les tomaría décadas replicar con éxito la bomba atómica, por lo que no representaban ninguna amenaza inmediata.

El sexto día de agosto de 1945 después de la negativa del imperio Japonés a rendirse de forma completa, el presidente Harry S. Truman autorizó el ataque a la ciudad de Hiroshima; las principales razones de Truman para llevar a cabo esta maniobra fueron el anhelo del presidente por terminar la guerra de la forma más rápida posible, pues en uno de sus pronunciamientos el presidente Truman defiende el uso de las bombas atómicas como las herramientas más efectivas para resolver los conflictos de forma definitiva, y por lo tanto, el método más sencillo hacia la paz mundial; sin embargo, el presidente Truman también había declarado que el lanzamiento de las bombas atómicas era la respuesta militar de Estados Unidos al ataque de Pearl Harbor años antes y según mencionó en su discurso el 7 de agosto de 1945: “Los japoneses comenzaron la guerra desde el aire en Pearl Harbor. Ahora les hemos devuelto el golpe multiplicado”. Según estas palabras, se puede deducir que el ataque fue un acto de venganza por lo que, para las autoridades estadounidenses, el ataque estaba justificado porque estaban respondiendo a las agresiones injustas de Japón, al mismo tiempo, el presidente calificaría a las bombas que habían causado las muertes de millones de personas y la destrucción completa de ciudades como: “un progreso científico sin precedentes” , es decir que el ataque fue también una representación o una prueba del desarrollo armamentista de Estados Unidos. Igualmente, el presidente Truman se justificaría más tarde diciendo que había invertido demasiados recursos en la investigación y desarrollo de esta arma como para no utilizarla y comprobar al alcance del desastre que podrían provocar. 

El bombardeo a Hiroshima y Nagasaki representó para Japón un grave golpe que lo ubicaría en una situación de incapacidad para continuar la guerra, debido a ello, el 15 de agosto de 1945, sin más opciones, el Imperio de Japón se rindió.

Para los representantes japoneses el uso de la bomba atómica no estaba justificado bajo ninguna circunstancia, pues las consecuencias de este ataque permanecen hasta la actualidad, desde la perspectiva de las autoridades japonesas, Estados Unidos no lanzó la bomba atómica para terminar con la guerra de la forma más rápida posible, sino que por el contrario, el ataque constituyó un acto de venganza por la ofensiva a Pearl Harbor años antes, además, para Japón el ataque a sus ciudades representaba un mensaje implícito para todo el mundo, pero de especial forma para la unión soviética, puesto que Estados Unidos buscaba dejar claro quien tenía el poder y de esa forma consolidarse ante los ojos del mundo entero como la potencia con el equipamiento bélico más avanzado del mundo con el objetivo de obtener una mayor influencia en asuntos internacionales y no tener que preocuparse por las consecuencias de sus acciones y su intervención en otros países.

Los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki constituyeron para Japón fatales consecuencias para su economía, población y medio ambiente, pues se estima que el número de víctimas instantáneas fue de 145 000 y media década más tarde esta cifra incrementó a 250 000.

La información dentro de Japón tardó demasiado en llegar, aun días después del ataque muchas personas desconocían lo ocurrido, para cuando la población de Japón se informó de lo ocurrido ya era demasiado tarde, pues muchas personas que habían ido a ayudar no eran conscientes de los peligros a los que se exponían como la radiación, debido a ello en número de víctimas en años posteriores aumentó. A largo plazo, los efectos psicológicos y medioambientales fueron devastadores. Japón perdió dos ciudades, infraestructuras y población en este conflicto. Aún hoy, las ciudades que fueron atacadas continúan deshabitadas, devastadas y así permanecerán por años añadir algo sobre la radiación.

El ataque nuclear por parte de Estados Unidos a las ciudades de Hiroshima y Nagasaki fue de gran relevancia en el plano internacional ya que la reacción de medios de comunicación internacionales fue inmediata y para los demás países este ataque significó una amenaza sobre la capacidad armamentista de Estados Unidos, sobre todo para la Unión Soviética, quien a partir del ataque trataría de crear un arma similar a la que utilizó Estados Unidos contra Japón. A partir de este evento se desencadenaría una serie de acciones y conflictos indirectos entre estos dos países, ambas potencias emprenderían una carrera armamentista y se iniciaría el periodo de la Guerra Fría.

A pesar de que Estados Unidos había pronosticado estas acciones por parte de la Unión Soviética no hizo nada para tratar de evitarlas, ya que se había estimado que a los soviéticos les tomaría por lo menos dos décadas reproducir con éxito la bomba atómica, por lo tanto Estados Unidos se centró en realizar una campaña propagandística sobre la “Gran Bomba” tanto dentro del país como a nivel internacional sobre la capacidad de destrucción de la bomba, Estados Unidos manipuló y censuró la información para hacer ver la bomba como un acontecimiento de desarrollo y de ventaja para Estados Unidos. Debido a ello, cuando los países europeos lograron replicar exitosamente la bomba atómica en un tiempo menor al esperado, toda la publicidad sobre el potencial destructivo afectó en gran medida a la población por temor al inicio de una guerra nuclear.

Los bombardeos a las ciudades de Hiroshima y Nagasaki constituyeron solo parcialmente una táctica bélica implementada por Estados Unidos para dar fin a la guerra con Japón, puesto que finalizar el conflicto de forma rápida, absoluta y sin víctimas estadounidenses, no fue el único objetivo del lanzamiento de las bombas atómicas sobre las ciudades japonesas. El bombardeo y destrucción de los territorios de Hiroshima y Nagasaki también tenía como objetivo proyectar un mensaje de la hegemonía y poder de Estados Unidos hacia el mundo, pero principalmente hacia la Unión Soviética; no obstante, la utilización de estas nuevas armas también fue detonante de la competitividad y enfrentamiento indirecto entre Estados Unidos y la Unión Soviética, conocido como la guerra fría. Además, el bombardeo a las metrópolis japonesas constituyó un acto de venganza por el inadvertido ataque japonés a la central estadounidense de Pearl Harbor, que resultó en la perdida de soldados y armamento naval. 

Del mismo modo, Estados Unidos utilizó las bombas atómicas para justificar la inversión de millones de dólares y recursos en la investigación y desarrollo del Proyecto Manhattan. Adicionalmente, se debe tener en cuenta la disposición de Japón a rendirse con la condición de que el emperador Hirohito conservara su cargo, esta alternativa representaba el final de la guerra de forma pacífica y rápida. También se debe considerar el hecho de que debido a la creación y lanzamiento de las bombas atómicas, Estados Unidos obtuvo una mayor influencia y poder en asuntos internacionales, es decir, la decisión del presidente Harry Truman no solo respondía a motivos bélicos, sino también a propósitos políticos que buscaban otorgarle a Estados Unidos mayor influencia, reconocimiento y poder; sin embargo, Estados Unidos rechazó las propuestas de Japón porque buscaba dar a conocer al mundo su desarrollo armamentista, y justificar la inversión de tiempo, recursos económicos y esfuerzo en la creación y desarrollo de la bomba atómica.

En definitiva, los bombardeos a las ciudades de Hiroshima y Nagasaki fueron una táctica bélica mediante la cual, Estados Unidos logró terminar el conflicto armado con Japón; sin embargo, el ataque nuclear tenían varios objetivos políticos y militares, que se han expuesto durante el desarrollo del trabajo, y que representaban ventajas sustanciales para Estados Unidos, por lo que se puede deducir que el lanzamiento de las bombas atómicas hacia Hiroshima y Nagasaki, también fue parte de una estrategia política que le permitiría a Estados Unidos acrecentar su poderío e influencia en situaciones internacionales.

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17 August 2021
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