Como Actuar Ante Un Desastre Natural

Introducción

Una catástrofe implica un suceso negativo, a menudo imprevisto y brutal que provoca pérdidas humanas y destrucciones de materiales importantes, ocasionando un gran número de víctimas y una desorganización social importante. Según investigaciones científicas, la respuesta social predominante ante estas catástrofes es en primer lugar, el aturdimiento y después el miedo colectivo, la sensación de que la propia vida está en riesgo. Toda catástrofe de alguna forma afecta a los seres humanos, causando ansiedad, temor, preocupación y otros síntomas emocionales. Burgos, destaca que la diferencia del impacto psicológico depende de dónde están cuando ocurre la catástrofe.

Desarrollo

En el caso actual de los puertorriqueños, los sismos. La respuesta humana a un desastre (terremoto, huracán, accidente, conflicto bélico, etc) identifica cuatro zonas principales: La zona de impacto central, es donde se presenta la mayor cantidad de víctimas, desorganización social y daños materiales. La zona de destrucción, es donde hay menos víctimas y heridos, pero predomina la destrucción de material, aunque hay personas sometidas al siniestro y una destrucción social notable. La zona marginal, en la cual no hubo daños, pero se suspendieron los sistemas de comunicación, servicios del agua o la luz. 

Por tanto, se observa inquietud, rumores y sobre todo se suele dar un movimiento de huida de las zonas centrales y movimientos convergentes hacia el exterior. La zona exterior es la zona en la que no ocurrió nada, salvo en el plano ‘moral’, pero es desde donde la gente empieza a ir a la zona siniestrada para ofrecer su ayuda, junto con una emoción colectiva que suscita colaboración. Otros factores que influyen en la respuesta individual ante una catástrofe, cuando esta sucede en las horas, días y semanas siguientes son: la edad, las experiencias previas, el apoyo que se tenga de otras personas y los antecedentes de salud física y mental como el estrés.

El estrés y la ansiedad son parte de las consecuencias provocadas a una persona en un desastre natural, particularmente para quienes viven en un refugio, para quienes siguen sin energía eléctrica, para los que tratan de volver al trabajo sin un sistema de transporte y todo lo que se debe lidiar, según la nueva realidad. La clave para entender nuestras emociones y respuesta ante una catástrofe, es el estrés: Hay un estrés normal que nos permite adaptarnos a los peligros, hacer frente a las amenazas. Ese estrés implica un desgaste para el organismo, que reacciona con todo el sistema nervioso, que a su vez controla las funciones de nuestro cuerpo.

En segundos nuestro organismo se prepara para huir o combatir la amenaza: el corazón late más rápido, los músculos se tensan, llega más oxígeno a todo el cuerpo. Pero como estamos expuestos a estrés continuamente, mucho más en caso de un desastre y sus secuelas, si no desarrollamos mecanismos compensatorios, nos podemos enfermar física y mentalmente. ¿Cómo responder ante el estrés? Por fortuna es mucho lo que podemos hacer, Burgos, recomienda que aprendamos a “apagar” los estresores. Sin importar lo difícil que sea, cuida tu alimentación, haz lo posible por dormir lo suficiente y evita el consumo de tabaco, alcohol y drogas. 

Es clave, cultivar las relaciones sociales y familiares antes, durante y después de estos procesos. Los profesionales como el Dr. Richard Heaps, Psicólogo Clínico y Melissa Brymer, Directora de los Programas de Desastres del Centro Nacional para el Estrés de la Universidad de Duke, recomiendan las siguientes estrategias para manejar el estrés después de una catástrofe: Mantente en contacto con familiares, amigos y comunidad: No te alejes de los familiares, amigos o relaciones importantes y comunidad, mantente en comunicación, para que sepas lo que está ocurriendo, en lugar de seguir preocupándote. 

Busca formas de conectarte que requieran la menos energía posible. Cuídate y retoma la rutina: Es importante cuidar de sí activamente. En la medida que pueda, debe retomar las rutinas y regresar a los viejos patrones, ya que te indican que estás superando el trauma. “Estas rutinas ayudan a que el cuerpo y la mente funcionen mejor”. Procesa lo ocurrido contándolo: El comunicar los pensamientos y sentimientos, ayuda a las personas a entender la realidad de lo que experimentaron. Recurre a otras formas de hacer frente a la situación: No hay solo una forma de hacer frente a la situación, incluso los miembros de la misma familia que han pasado juntos por el mismo desastre.

Tienen maneras diferentes de expresarse y actuar acerca del evento. Limita la exposición: Muchos están obsesionados con las noticias más recientes acerca de los desastres, modera esta acción. La exposición hace que se sientan más ansiosas y preocupadas. Ayuda de la forma que puedas: El servicio es una actividad terapéutica. Es importante aceptar ayuda, pero es igualmente importante ayudar a los demás. Busca el apoyo de un profesional de la salud mental, si las reacciones de estrés ante el desastre son abrumadoras o persisten a largo plazo. Practica métodos de relajación: Busca formas para relajarte en los momentos de estrés. 

Algunos les gusta la música, cantar, dibujar o escribir. Las personas cuando están angustiados, respiran rápido y superficialmente. Estudios, sugieren que tomes descansos durante el día para relajarte y respirar despacio. Debes poner especial atención en las exhalaciones y puedes hacerlo en cualquier momento y lugar: Ejercicios para la respiración-Aprende hacer respiración abdominal, dos o tres veces al día, como hacen los practicantes de yoga. Hacer un simple ejercicio de respiración es suficiente para relajarse y despejar la mente. Inhala lenta y profundamente, inflando el abdomen. Mantén la respiración durante un par de segundos.

Exhala lentamente tomando conciencia en la relajación. Repite el ejercicio entre 5 y 10 veces. Se puede practicar esta serie de respiración en cualquier parte. Ejercicios mentales-La meditación es clave para reducir el estrés y un simple ejercicio de control mental puede tener un beneficio enorme en la salud física. En una posición cómoda, ya sea sentado o acostado, respira profundamente y lentamente, centrando la atención en la respiración. Es necesario adoptar un estado mental pasivo y relajado: cerrar los ojos para obviar estímulos visuales y dejar que los pensamientos fluyan sin detenerse en ninguno, pensando únicamente en el aire que entra y sale de los pulmones.

Céntrate en un elemento concreto, escoge una palabra o sílaba y repítelo en silencio o en voz alta, una y otra vez. Da exactamente igual el contenido o significado, lo importante es la repetición. Se recomienda realizar la rutina 20 minutos al día. La relajación muscular-Un cuerpo estresado tiene músculos estresados, por lo tanto, tensos. Es importante aliviar esa tensión para deshacerse del estrés. Estos pasos ayudarán a relajar todo el cuerpo y sentirse renovado; es recomendable practicar el ejercicio recostado sobre una colchoneta en el suelo. El ejercicio consiste en contraer cada músculo durante 20 segundos para después soltarlo lentamente. 

Al momento de relajar el músculo, centrarse en la relajante sensación de alivio. Orden para llevar a cabo el ejercicio, cada uno debe mantenerse por 20 segundos y soltar. Frente: arrugar la frente y elevar las cejas. Ojos: cerrarlos con fuerza; mantener y soltar. Nariz: arrugar la nariz y abrir los orificios nasales; mantener y soltar. Lengua: presionar la lengua sobre el paladar; mantener y soltar. Cara: arrugar toda la cara; mantener y soltar. Mandíbula: presionar la mandíbula; mantener y soltar. Cuello: bajar la barbilla al pecho; mantener y soltar. Espalda: arquear la espalda; mantener y soltar. Pecho: tomar aire tan fuerte como se pueda; mantener y soltar.

Estómago: tensar los músculos del estómago; mantener y soltar. Glúteos y muslos: tensar los glúteos y muslos; mantener y soltar. Brazos: tensar los bíceps; mantener y soltar. Antebrazo y manos: tensar el antebrazo y las manos; mantener y soltar. Gemelos: pisar fuerte contra el suelo; mantener y soltar. Tobillos y pies: flexionar los dedos de los pies hacia atrás; mantener y soltar. Ejercicios de trabajo cardiovascular-Hacer ejercicio físico es una excelente manera de desconectar la mente. Hacer cardio ayuda a reducir las hormonas del estrés, como la adrenalina o el cortisol. De la misma manera, aumenta la producción de endorfinas, que mejoran el ánimo y reducen el dolor físico de forma natural.

Conclusión

La actividad física, también ayuda a las personas a sentirse mejor y aumentar la confianza en sí mismo, ofreciendo además una mayor sensación de control. Esa energía ayudará a afrontar los retos y el estrés. Además, hacer ejercicio es una excelente manera de desconectar la mente y olvidarse de los problemas y situaciones. Hacer ejercicio físico tendrá un impacto positivo incomparable en la salud mental y física. Todas estas medidas deben seguirse cotidianamente, aunque ya haya pasado el evento o catástrofe. Seguir estas recomendaciones genera sensación de bienestar en cualquier tiempo y herramientas para afrontar cualquier situación que pueda presentarse en el futuro.  

22 October 2021
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