Consumismo En Nuestro Mundo, Adicción O Modalidad

Introducción

Vivimos en un mundo donde la dependencia de la aceptación hacia tu entorno yace de las cosas materiales y de las sociales, no obstante coincidimos un gran número de individuos con gustos similares y un tanto peculiares hacia nuestro alrededor.

No es casualidad que las empresas tanto de comercio enfocado en la materia prima y las sociales sigan apuntando hacia el pico del desarrollo monetario y esto gracias a las tendencias que se dan a nivel mundial. Los márgenes de consumo son consecuencia de las nuevas ideas para la facilidad de tu vida diaria, como el consumo de alimentos exóticos (Alimentos no necesarios para la alimentación requerida), productos de materiales de belleza y que de igual forma se corre el riesgo de que sean químicos tóxicos (Maquillaje, perfumes y todo lo relacionado con cosmetiquera), ropa o accesorios (Material hecho a base de animales), diamantes (Desde tiempos pasados, se ha visto gente siendo esclavizada o siendo mal pagada y maltratada, por el procesamiento de estos productos), dinero virtual (Siendo este presente uno de los años donde más se ha consumido bitcoin y donde normalmente es utilizado en compras virtuales hacia tendencias de videojuegos, “forex” que es un mercado de divisas y ventas en línea de productos varios).

Pero esto, ¿En realidad es una moda o una adicción desarrollada por la influencia de nuestra juventud? Claro, este tema no es solo referente hacia las personas menores, porque de alguna forma todos estamos involucrados ante esto, sea con gran afluencia o no.

Contenido

Un punto a tomar en cuenta ante esto es que los jóvenes que están actualmente en el estudio de nivel superior (Universidad) son menos propensos a consumir en niveles grandes o extremos, porque hay manifestaciones moderadas en su conducta económica y por ende llevan un manejo controlado en su administración monetaria, no obstante, el régimen de su consumo se mantiene al margen de su existencia.

Planteando el tema de los menores de edad y lo hago notar, ya que el mundo va evolucionando y al menor de edad, la mentalidad también, junto con las tendencias a nivel mundial donde ya es más notorio que las marcas quieran sacar provecho de ello, implementando nuevas particularidades para los gustos de los jóvenes. No descartemos o hagamos minoría a esta etapa, porque es donde más se consume y donde más comercio hay en toda clase de productos, las empresas sacan provecho con la facilidad de sus plataformas digitales y con el alcance que los menores tienen de esta. Pero siendo así, ¿Por qué los niños tienen un mayor consumo?, ¿Será porque los padres no le dan la suficiente supervisión o importancia al crecimiento de su hijo? O ¿Es más por comodidad? Son muchas preguntas que arraigan ante este tema que podemos contestar con demasiadas respuestas también, pero lo más importante es ¿Cómo le afecta esto a los jóvenes?

Ahora hablando de las personas mayores, que tienen mucha más accesibilidad ante una compra o un consumo diario, sin dependencia de terceros y que tienen otras necesidades fundamentales para su vida diaria, claro, incluyendo sus gustos sin remarcar cuáles o cuantos. En ocasiones nos sentimos arraigados por no tener lo que queremos, por no adquirir lo que nos gusta y hasta nos sentimos fuera de contexto con la sociedad, cuando en realidad no nos enfocamos en obtener lo que necesitamos y en lo que en verdad nos va a ayudar, nos hacemos creer que estamos fuera de la línea que los demás están siguiendo por el simple hecho de que ellos si estén “disfrutando” de su “libertad”. Puede que desde nuestra infancia psicológicamente nos haya faltado algo material o una necesidad social y en esta etapa madura, ya que podemos monetariamente con nuestros gustos, lo queramos obtener, sin aun necesitarlo y tal vez solo por capricho y el hecho de que esa meta o ese pendiente ya este obtenido, lo adquirimos.

O como nos muestra en este texto el escritor Bahuman “Las recetas para lograr una buena vida y los accesorios necesarios para ese logro tienen fecha de vencimiento, pero casi todos dejaran de ser utilizables antes de esa fecha, disminuidos, devaluados y despojados de sus atractivos por la competencia de ofertas nuevas y mejores”. (Bauman, 2000). Conforme avanza el tiempo, el mundo va evolucionando y con ello nosotros también y tenemos que hacerlo, no podemos quedarnos atrás, pero no todos lo vemos así, hay quienes lo ven como una carrea o una competencia de quien obtiene algo primero o quien tiene más, lo curioso es que esto se convierte en un círculo vicioso de nunca parar.

“Ningún premio es suficientemente satisfactorio como para despojar de atractivo a los otros premios”(Bauman, 2000). No estamos conformes con lo obtenido y por lo tanto queremos obtener aún más, sin medir las consecuencias de tales acciones, queremos tener la “libertad” de obtener lo que deseamos, cuando en realidad estamos atados al consumo, que también forma una cadena, porque esto lleva a más y más gente.

Las personas de nuestra era, sufren por no ser capaces de tener el mundo entero. Tendemos a ver la vida de los demás como una obra artística y al notarlo de esa manera, nos hace querer tener lo mismo, todos o la mayoría trata de convertir su vida en una obra artística y muchas veces esto es mal visto, cuando sus metas no conllevan una gran remuneración monetaria o posesión valiosa. Por ejemplo, antes las empresas buscaban satisfacer una necesidad fundamental y al ver que la sociedad misma también avanza y ellos al sentirse “estancados” deciden crear necesidades o hacerles creer que lo necesitan. No obstante, podemos decir que la vida del consumidor, de las personas ha tenido un ritmo mayor, por lo tanto, surge la necesidad de tener cosas que nos ayuden a agilizar nuestros movimientos. Un claro ejemplo son los teléfonos inteligentes “Smarth Phones” los cuales prácticamente cada año sacan una versión del mismo aparato y crean la necesidad de cambiar a este nuevo modelo.

No se puede decir o ceder la culpa a las corporaciones o al consumidor, ya que uno no existe sin el otro. Existe un dicho muy común el cual dice “Al cliente lo que pida” y aplica directamente a este sistema de consumismo, donde el consumidor obtendrá un placer momentáneo, pero casi enseguida querrá modificaciones o algo mejor, y aquí es donde las corporaciones escuchan a sus clientes y rápidamente generan el producto que ellos piden creando un círculo vicioso.

No podemos decir que el consumismo es malo o una inconsciencia colectiva, eso sería una afirmación bastante compleja, ya que también entendemos que este ha brindado oportunidades a pequeñas y medianas empresas, por la misma demanda que genera el consumismo, también a su vez provoca una mayor competencia en el mercado que permite el nacimiento y crecimiento de estas entidades corporativas.

Una sana competencia en el mercado generará siempre mejores productos, ya que no solo se trata de mejorar el producto, sino de ofrecer mejor calidad que mi competencia directa. Esto expande las oportunidades y elecciones para los consumidores. Esto provocará que se contraten a más personas, y los empleos irán en aumento, o por lo menos es lo que se piensa y espera.

Conclusión

Con todo esto podemos decir que el consumismo se ha vuelto una realidad de todos, una en donde no solo satisfacemos necesidades, sino también placeres y gustos. Una realidad en la que caemos siempre y muchas veces sin consciencia.

En el momento en el que nuestro consumo sea lógico, inteligente y consciente, habremos dominado, no solo el sistema, sino también el sistema. Si pensáramos más sobre lo que consumimos, consumiríamos menos de lo que pensamos y mantendríamos una vida satisfecha y sana.

Pero todo esto no es tan fácil como decirlo, ya que prácticamente es cambiar o moldear un estilo de vida de muchos años, es como querer cambiar la forma de comer de un anciano, es sumamente difícil porque lo que hace no es solo una característica que lo describe, sino ya su estilo de vida.

Y la realidad es que en la sociedad en la que vivimos es consumista, o en su mayoría, así que la cuestión tal vez ya no sería en que deje de serlo, si no en consumir inteligentemente, ahí podría estar la respuesta.

Bibliografía

  • Bauman, Z. (2000). Modernidad Liquida. Argentina, Buenos Aires: Av. Picacho Ajusco.
23 May 2021
close
Tu email

Haciendo clic en “Enviar”, estás de acuerdo con nuestros Términos de Servicio y  Estatutos de Privacidad. Te enviaremos ocasionalmente emails relacionados con tu cuenta.

close thanks-icon
¡Gracias!

Su muestra de ensayo ha sido enviada.

Ordenar ahora

Utilizamos cookies para brindarte la mejor experiencia posible. Al continuar, asumiremos que estás de acuerdo con nuestra política de cookies.