Consumo De Tabaco Como Medio De Socialización En Las Afueras De La Facultad De Sociología

Un hecho social se puede presentar en nuestra cotidianidad sin que lo tomemos como tal; es nuestro deber como sociólogos aprender a identificarlos, diferenciarlos y lo más importante poder observarlos, dejando de lado cualquier idea o juicio de valor que tengamos sobre ellos. Un claro ejemplo de un hecho social, que se puede asociar como algo habitual de ver en nuestro diario vivir, es notar que en las afueras de la facultad de Ciencias Sociales y Humanas en la Universidad Central del Ecuador, tanto estudiantes como maestros de la carrera de sociología mantienen conversaciones y encuentros sociales mientras realizan la acción de fumar un tabaco. Si bien es cierto, no lo hacen todos, pero es un fenómeno que se lo puede visibilizar fácilmente, donde llama la atención las circunstancias en las que se manejan tales formas peculiares de llevar a cabo una conversación informal.

Dentro del hecho de que las personas hagan uso del tabaco para socializar existen varias prenociones comunes tales como: Los sociólogos buscan parecer intelectuales debido a que grandes pensadores tuvieron costumbre de fumar, conversar con algún consumidor es signo de que también se volverá uno, si una persona fuma tabaco es fácil que mantenga cercanía con otras sustancias psicotrópicas, la educación sin valores antecede a una adicción, malas amistades que incitan a fumar, ideas liberales que se inculcan en sociología. Estas son algunas prenociones a las cuales Durkheim, se refiere como “nociones vulgares […] idea, especie de fantasmas que nos desfiguran el verdadero aspecto de las cosas” (2001; 56). Es decir, son imaginarios que normalmente alguien tendría acerca de consumir tabaco y al tiempo mantener una conversación (sobre todo si se suscita dentro de una facultad de ciencias sociales, donde los prejuicios sobre el consumo de drogas legales o no legales, están bien marcados). Las mismas prenociones que, sobre la relación que tiene el acto de fumar con la socialización dentro de la carrera de sociología, no tienen cabida. Sin embargo, no son falsedades, están sujetas al sentido común, pero no bajo un conocimiento científico.

Para poder eliminar las prenociones mencionadas anteriormente es necesario tratar a este hecho social como cosa, como un objeto independiente con sus propias características, desaprendiendo lo que conocemos y describiendo dichas particularidades basándonos únicamente, en lo que observamos. Al aplicar esta regla al hecho social, empezaríamos describiendo lo que vemos; en qué semestre están los fumadores, sobre qué hablan cuando se reúnen en las afueras de la facultad para consumir tabaco, los gestos que hacen, la ropa que visten, la forma en que se incluye al cigarrillo dentro de la escena de la socialización, etc. Verificamos sus componentes para llegar a verlo como cosa, “manteniendo frente a ellos una actitud mental determinada, abordando su estudio partiendo del principio de que ignoramos por completo lo que son” (Durkheim, 2001; 16). Lo que sugiere que afrontemos este fenómeno social con una mentalidad independizada de las creencias que tengamos acerca del tabaco y formas de socializar.

El mencionado consumo de tabaco como medio de socialización por parte de los estudiantes y maestros de la carrera de sociología es, en sí mismo, un hecho social. Los individuos quieren ser aceptados socialmente y al observar a otras personas fumando dentro de su misma facultad, reciben la coacción del grupo de fumadores que los incitan a formar parte del círculo. Además, si un miembro de la carrera de sociología decide no formar parte del círculo de conversación, surgen formas de exclusión del individuo, así como también inseguridad. La presión que ejerce el grupo es tal que, las situaciones en que habitualmente se fuma se asocian con efectos reforzadores de: amistad entre compañeros y de relaciones con profesores. De hecho, si un profesor es quien se encuentra conversando con los estudiantes, existirá una mayor motivación para acercarse al grupo, evidenciando que: “las maneras colectivas de actuar o de pensar tienen una realidad fuera de los individuos, los cuales se ajustan a ella todo el tiempo” como lo menciona Durkheim para referirse a la coercitividad del hecho social (2001; 30). Es irrelevante si el individuo quiere o no fumar con las otras personas, lo que importa es la fuerza que lo invita a realizar dicha acción.

Por lo tanto, podemos decir que es un hecho social de carácter fisiológico, porque tiene el papel de responder la pregunta ¿Para qué se fuma en la facultad de ciencias sociales y humanas de la universidad central? A lo cual podríamos responder que, fumar tabaco tiene un papel en el cual el debate de cualquier tema social se hace más interesante. Fumar tabaco es una muestra de pertenencia a un grupo, conforma una tendencia que se ha habituado al individuo. El hecho sirve para forzar su voluntad y conducta, y no por el ejercicio de rechazarlo significa que va a dejar de existir.

Bibliografía

  1. Durkheim, Emile. (2001) [1895]. Las reglas del método sociológico. México: Fondo de Cultura Económica.
17 August 2021
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