El Aborto No Es Liberación. Es Asesinato. Consecuencias Físicas Y Más.

Ha sido llamado de diversas formas: “Saco de células”, “No humano”, “Tejidos sin vida”, entre otras muchas más. Solo una mera unión de espermatozoide y óvulo, que no necesariamente tiene vida aún, solo. Pero… ¿Acaso es el nombre apropiado?

Hoy en día, mujeres de toda índole marchan a favor de la legalización del aborto bajo el lema: “Mi cuerpo, mi decisión”. Salen con pañuelo verde en mano, argumentando que el ser dentro de su vientre no es “humano”, y, por ende, tienen todo el derecho de decidir si quieren mantenerlo o desecharlo como si fuera una simple basura indeseable. Claro, razonan solo con la simple frase “Nadie logra establecer el periodo exacto en el cual se determina si es vida o no, por lo cual, no arrastramos la idea de haber cometido un delito porque no hemos asesinado a ninguna persona”.

¿Qué dice la ciencia? Dice una cosa completamente diferente. La ciencia moderna descubrió que, al unirse un espermatozoide y un óvulo, se fusionan los núcleos de ambos, formando un ser humano nuevo con una carga genética propia, es decir, que tiene un ADN diferenciado de la madre y el padre, de modo que no es parte del cuerpo de la madre en la esencia de la palabra, como sería un riñón o un hígado. Así que la frase “Mi cuerpo, mi decisión”, no es aplicable cuando la decisión no es sobre tu cuerpo, sino sobre el del neonato.

No puede existir un aborto seguro, legal y gratuito. Jamás existirá a pesar de legalizarla. En primer lugar, porque ninguna operación médica te asegura una completa seguridad, y, en segundo lugar, porque en la mayoría de los casos, se ha demostrado el cuerpo del feto no se expulsa por completo, y la fuerza a la hora de emplear el bisturí es capaz de desgarrar las paredes uterinas, y combinación letal de ambos, dé como resultado severas infecciones o una hemorragia catastrófica, que no se detendrá ni aunque te practicaras el aborto en un hotel de Dubai.

Además de las consecuencias físicas, también se deben mencionar las psicológicas: Culpabilidad, sensación de pérdida, pensamientos suicidas, depresión, insomnio, etc. Ese acto quedará incrustado en su cabeza para siempre, una huella psicológica que no será capaz de borrar ni el tiempo. Quedará allí, como un recordatorio eterno de lo que hiciste, y nadie será capaz de llenar ese vacío interno.

¿Y qué es lo peor de todo esto? Que se violenta uno de los derechos naturales más importantes de toda nuestra comunidad: El derecho a la vida. Cuando te practicas un aborto, no te muestran a tu feto para que te despidas de él, sino que lo tiran a la basura. A la basura. Como si no valiera nada, como si valiera menos que nada. ¿Pretendemos llamarnos “una sociedad que defiende los derechos de la igualdad” cuando permitimos esas clases de atrocidades?

¿Puedes mirarme a los ojos y decirme que no debía existir? ¿Puedes mirarme y decirme que, en mi estado más vulnerable, era un parásito arrebatador de sueños y merecía la muerte por eso?

Todos somos la cara de una decisión. La “Decisión” no es solo una palabra. Es una persona. Cada uno de nosotros estamos aquí gracias a ella. Por lo que, si me dices que el embrión es una bolsa de células sin vida, ¿Cuál es tu origen? ¿Apareciste por arte de magia en el vientre de tu madre con nueve meses y perfectamente formado?

No hay diferencias entre los científicos. Todos están de acuerdo en que, desde el principio de la vida, hay un ser humano; si hubiera un huevo de ballena fecundado, dirían que es un ser de la especie ballena. Con los hombres ocurre igual. La discusión se plantea acerca de si se respeta o no, se protege o no, un ser humano muy pequeño, igual que se respeta otro de mayor tamaño. Decidir si respetamos al ser humano cuando mide unos milímetros, igual que cuando pesa dos o tres kilos.

Podría citar al Padre Frank Pavone “El aborto no es una cuestión meramente de creencias, sino que se trata de un derramamiento de sangre; no es simplemente sobre puntos de vista, sino sobre víctimas”, ya que esto trasciende dogmas religiosos, o “fanatismo religioso”, como lo llaman algunos. Son hechos científicos, emocionales y psicológicos que intentan ocultar bajo el nombre de “Libertad e independencia”. Decirme que realizar un aborto debería considerarse un derecho es despreciable, decidir que sus derechos sean menos importantes que los tuyos solo porque te conviene es totalmente despreciable. Esto no es cuestión del derecho de una mujer a elegir, es el derecho de asesinar a un ser humano como solución rápida.

15 Jun 2021
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