El Origen Étnico en Análisis Históricos

INTRODUCCIÓN

A veces a la hora del análisis de un proceso histórico, es común adherirse, a veces de manera rígida, al principio rector de que el origen étnico de una sociedad es una mera cuestión de etiquetamiento de individuos y grupos sociales por el hecho de representar roles determinados dentro del marco comunitario que se está estudiando, y en consecuencia, tendemos a buscar y ver reflejada esa misma esquematización en las fuentes.

Con estos recaudos en mente, el objetivo de esta presentación es tratar de ver cómo, a partir del análisis de una serie de fuentes papiráceas esto se puede complejizar mucho más, haciendo del concepto de “etnicidad” algo mucho más plástico y moldeable que nos permita ver los matices y grados diferenciales al interior de ciertos procesos de integración cultural, en nuestro caso, en los primeros siglos de la dominación macedonia en Egipto.

Sin ahondar demasiado en los debates anteriores en torno al concepto , la etnicidad puede entenderse como un tipo de organización social basada en la adscripción a ciertos grupos con intereses y origen comunes. Si seguimos la postura del antropólogo noruego Fredrik Barth, se puede hablar de una “adscripción” a una categoría étnica cuando se clasifica a una persona en términos de su identidad más básica, presumiblemente determinada por su origen y contexto de procedencia. Es así que, en la medida en que los actores sociales comienzan a usar identidades étnicas para categorizarse mutuamente con fines interaccionales, se forman los grupos étnicos.

De esta definición, podemos inferir tres argumentos:

  1. La etnicidad, entendida como una forma de organización de las diferencias culturales, implica que ciertos elementos específicos de ésta (en un sentido amplio) son señalados especialmente como “étnicamente significativos” y otros son más “neutrales” (moldeables). En base a esta diferenciación, la sociedad se divide entre un “nosotros” y un “ellos”, lo que sirve en la práctica para marcar los límites tanto al interior como al exterior de los grupos étnicos.
  2. La etnicidad es una dimensión independiente de la vida social. Si bien un determinado grupo étnico puede tomar prestados elementos de otra cultura, como los ligados a la religión, los modos de vida, formas de ocupación de la tierra o del trabajo, como así también algo tan importante como la lengua, siempre conserva un núcleo único de diferenciación que funciona como una marca de límite identitario .
  3. En el Egipto Ptolemaico temprano, la etnicidad forma parte del conjunto de estrategias de integración socio-cultural, ya que si consideramos a la identidad como una construcción subjetiva de los individuos que la componen, entonces la supervivencia de una identidad étnica no es el resultado de la asimilación pasiva a través de la mera reproducción biológica, sino el resultado de un interés continuo por parte de estos individuos de mantener esos límites (boundaries) étnicos. Cada generación, entonces, es la que decide por sí misma cuales elementos étnicos mantiene y cuáles no para definirse como tal, lo que significa que tan pronto como el mantenimiento de dicha identidad étnica se vuelva por algún motivo irrelevante, el grupo desaparece ya que sus límites étnicos se difuminan dentro de otros; algo similar sucedió en el Egipto Helenístico y temprano-romano con las identidades inmigrantes minoritarias, como en el caso de los Judíos alejandrinos y de los Tracios que se vieron integrados en la chora a través del sistema de cleruquías en zonas como El-Fayyum.

 

Ahora bien, a partir de las premisas de Barth debemos sumarles los aportes referidos específicamente al mundo de la Antigüedad Clásica. En primer lugar, no podemos dejar de citar dos obras invaluables de Jonathan Hall: Ethnic Identity in Greek Antiquity y Hellenicity, que sientan un notable precedente teórico al sostener la importancia de entender a la etnicidad, o “helenicidad” como la llama particularmente el autor, como: “(…) un tipo específico de identidad cultural, junto a otras subvariantes como las identidades lingüística, religiosa, ocupacional, y demás”  , donde la distinción radica en la idea de que la identidad étnica se define a partir del reconocimiento mutuo de antepasados (reales o ficticios) y relaciones de parentesco comunes, como así también de un pasado histórico común y la identificación con un lugar de origen determinado.

En segundo lugar, es necesario señalar que Koen Goudriaan, en un trabajo ya clásico sobre el problema de la etnicidad en el Egipto Helenístico, ha argumentado también sobre la base de los planteos de Barth que la mejor manera de estudiar a un grupo étnico es a través del devenir histórico de las diferentes “estrategias étnicas” adoptadas por sus individuos, o por el grupo en general, en sus relaciones cotidianas con los “otros” no-integrantes. Siguiendo esta lógica, podemos definir como “estrategia étnica” a un accionar deliberado llevado a cabo por el grupo en cuestión en relación a sus categorías identitarias étnicas, en otras palabras, en la adaptabilidad de sus componentes culturales, ya que en este caso el autor maneja un concepto de etnicidad mucho más amplio que en el caso de Hall.

Estas dos visiones se pueden complementar con algunos aportes recientes que hacen hincapié en ver a la identidad étnica como un fenómeno multifacético. Dorothy Thompson, por ejemplo, sostiene que los marcadores étnicos adoptan una dimensión performativa en Egipto, ya que “(…) la identidad étnica de una persona puede variar en diferentes contextos. Por lo que una auto-definición no necesita ser lo mismo que una designación o categoría aplicada desde un afuera”. Para ejemplificarlo, si bien la autora toma por caso a la población que migraba a los Estados Unidos a fines del siglo XIX en busca de nuevas oportunidades de vida, nosotros podemos pensar, salvando las distancias históricas, en el caso de las identidades inmigrantes en el contexto del llamado “aluvión migratorio” entre fines del siglo XIX y principios del XX en el Río de la Plata. Allí, en las oficinas de migración portuarias, los vascos, catalanes y gallegos eran catalogados con fines administrativos como un solo colectivo identitario: “españoles”, y lo mismo ocurría con los sicilianos, lombardos y napolitanos al etiquetarlos con la denominación genérica de “italianos” .

Cruzando los límites de “lo griego” y “lo egipcio”

Siguiendo la línea de trabajo propuesta, lo que queremos subrayar es que el contexto es lo que determina el significado de los marcadores étnicos. Y el Egipto Ptolemaico no es la excepción, ya que veremos a partir de las fuentes el poder que encierra la etnia para crear y cruzar “límites” (boundaries) culturales, como un concepto-marco en el que interactúan todas las contradicciones que se generan en la praxis . Si seguimos el marco conceptual de Hall, los individuos pueden enfatizar la identidad étnica para conscientemente marcar una diferenciación (límite) entre un “nosotros” y unos “otros”, a lo que agregamos que dicha estrategia también podría ser accionada desde el Estado, en este caso Ptolemaico, para dividir a la población en grupos manejables en especial con fines fiscales. Pero quizás, si al estudiar las fuentes del periodo abrimos los ojos y espantamos los sutiles llamados de Morfeo, podremos ver que muchas veces al interior de la performance inherente a los procesos de etnicidad podemos encontrar un uso diferente y más interesante para analizar: como herramientas para cruzar y transformar esas mismas fronteras étnicas y culturales.

Ahora bien, nuestro objetivo en el apartado siguiente será ponderar la validez metodológica de algunas de estas características en un corpus de fuentes determinado, con especial énfasis en papiros de época Ptolemaica temprana (S. IV-III) de la región de El-Fayyum, en el Nomo Arsinoíta.

En primer lugar, es necesario destacar que muchas de las fuentes que contamos del periodo son de carácter judicial, y aquí nos encontramos con un pequeño problema que ha sido largamente estudiando desde mediados del siglo pasado por autores como Mijail Rostovtzeff, Claire Preaux, los cuales sostienen la idea de que no tenemos conocimiento de la existencia de una definición jurídica de ‘egipcios’ en uso durante la época ptolemaica, y por ese motivo dichas fuentes nos impedirían desarrollar análisis de tipo culturales ya que dejarse guiar únicamente por cuestiones onomásticas sería fijar nuestra atención en una mera ficción discursiva.

Frente a este problema planteado, nosotros sostenemos que la ausencia de una definición jurídica no impedía a los habitantes del Egipto helenístico organizarse y autodefinirse mutuamente como miembros de una misma comunidad étnica. No obstante y como vimos anteriormente, esas etnias eran construcciones sociales, por lo que a través de la praxis cotidiana lo que sucedió es que se fue construyendo una definición social de ‘egipcio’, pero también lo mismo ocurrió para el caso griego, ya que la palabra Ἕλλην (hellene) existió y operó de la misma forma como marcador de pertenencia social. De esta manera, los procesos de etnicidad, entendidos como fenómenos sociales y no tanto como jurídicos, pueden ayudar a abonar la idea de que tanto “griegos” como “egipcios” no se conformaron como “clases sociales” fijas , lo que no significa negar que en la práctica los helenos podrían haber llegado a estar en mejores posiciones políticas y/o económicas que los egipcios en ciertos casos concretos. De todas formas, esto último también podría ser discutido largo y tendido en otro trabajo, ya que si salimos de la zona del Bajo Egipto y nos adentramos en la chora, sobre todo en nomos como el Heracleopolitano o el Menfita, podemos ver egipcios en cargos de cierta importancia, sobre todo en el clero o la administración local de la tierra (toparcas, comarcas), como así también en ciertos sectores militares..

Por último, pero no por ellos menos importante, intentaremos mostrar cómo el Estado Ptolemaico temprano, a través de sus funcionarios locales, operaba como “nivelador” de las diferencias sociales, contribuyendo en gran medida al fortalecimiento de las estrategias de integración social, en especial en regiones de la chora egipcia con fuerte afluencia migratoria griega como el nomo Arsinoíta.

La etnicidad en acción: el caso del Archivo de Diófanes

El primer caso que analizaremos bajo esta óptica es el de algunos de los papiros más importantes del llamado “Archivo de Diófanes”. Es interesante destacar que este corpus está compuesto por alrededor de 125 papiros escritos en lengua griega, entre los que se encuentran tanto registros epistolares privados como judiciales. Cuatro de ellos están en posesión de la British Library, y el resto dispersos entre las colecciones del Museo de El Cairo y las Universidades de Lille y París. Todas las piezas fueron recuperadas a partir de cartonnage de diferentes momias, y catalogadas dentro de un mismo corpus a partir de la constante referencia a un individuo en particular: el strategos Diófanes, el cual según estas mismas fuentes, ocupó dicho cargo en el Nomo Arsinoíta, al menos, entre el 222-218 a.C., aunque es probable que lo haya sido por más tiempo. Si hacemos una estimación general partiendo de las actuales fuentes encontradas sobre esta región fechadas en los siglos III-II a.C., se conocen alrededor de 200-250 strategoi, y de todos ellos Diófanes es por lejos el mejor atestiguado.

“Por lo tanto, te pido y te ruego, oh rey, que no permitas que la justicia se demore”

Cara negativa de la convicencia entre griegos( muchos clerucos) y egipcios en la CHORA (archivo de diofanes y

Ahora a modo de ejemplo y para hacerlo rápido les voy a presentar dos papiros que provienen del archivo del strategos Diófanes que pueden retratar estas cuestiones:

Este corpus de papiros esta compuesto por alrededor de 125 papiros escritos en griego (registros epistolares y judiciales), 4 de ellos están en la British Library, y el resto en El Cairo y en la Sorbona, y todos fueron recuperados a partir de cartonnage de momias. Los papiros nos relatan que Diófanes ocupó el cargo de strategos (cargo cívico-militar que dirigía los nomos en Egitpto después de la conquista de ALejandro) del nomo arsinoita (el-fayyum) entre los años 222-218 a.C.., pero lo curioso es que no nos hablan de su rol militar, sino más bien de sus funciones administrativas a cargo de una de las divisiones territoriales más ricas del Reino.

Los textos que he seleccionado son quejas y demandas legales (papiro ENTEUX – peticiones reales) presentadas por diferentes individuos (tanto griegos como egipcios) a través de los correspondientes canales administrativos, que nos pueden llegar a dar una fotografía al menos en este contexto particular de la chora ptolemaica:

Después de ver las tensiones inherentes a la interacción inter-étnica en este pequeño recorte histórico, la Etnicidad entonces parecería no coincidir exclusivamente con cuestiones de status, ya que los griegos (y los egipcios también) no disfrutaban de privilegios exclusivamente sobre la base de su identidad étnica, aunque esto no evitó que los egipcios en ciertas circunstancias tuvieran también mayores dificultades para acceder a las autoridades, al menos a las de nivel medio.

17 February 2022
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