La Conmoción Cerebral En El Deporte Infantil

La conmoción cerebral en el deporte infantil sucede con relativa frecuencia. No es una lesión despreciable, ya que si no se atiende como debe ser desde un principio, puede conducir a lesiones.

Los deportes de contacto son los más propensos a producir conmociones cerebrales en los niños. Entre ellos está el rugby, el fútbol y el básquet como principales. De todas maneras, no puede despreciarse el riesgo en otras prácticas deportivas. Entre los niños deportistas de contacto se estima que el 20% padece una conmoción cerebral por año. Esa estadística varía entre regiones, pero para países grandes representa millones de pacientes. Además, los jóvenes que han tenido la conmoción y siguen en el deporte, tiene el doble de riesgo para volver a lesionarse.

Hablamos de conmoción cerebral cuando el cerebro se lesiona por un golpe en la cabeza que sacude el cráneo. Ese es el mecanismo básico. La cabeza se mueve muy rápidamente hacia delante y hacia atrás por un traumatismo, y el mismo repercute en el tejido cerebral. El efecto inmediato de la conmoción cerebral es el cambio en el funcionamiento del cerebro de manera momentánea. Esta modificación no puede detectarse en estudios de imágenes –como una tomografía o una resonancia.

Síntomas de la conmoción cerebral

Los adultos deben estar preparados para detectar los síntomas de una conmoción cerebral en el deporte infantil. Como bien ya dijimos, de una detección precoz depende la evolución y la prevención de las secuelas.

Entre los síntomas que puede presentar un niño con conmoción cerebral tenemos:

  1. Desorientación: no reconoce ni el lugar ni el momento en el que está.
  2. Amnesia: olvido de algunas cosas, sobre todo las referidas al momento del traumatismo.
  3. Lentitud en el habla: pareciese que la lengua se le pone “pesada” para hablar y responder a las preguntas. Demora más tiempo, también, en elaborar las frases.
  4. Cefalea: el dolor de cabeza puede estar referido al lugar donde sucedió el golpe, o sentirse como un dolor generalizado de todo el cráneo.
  5. Falta de equilibrio: la coordinación se ve afectada, tanto en el la postura como en algunos movimientos finos.
  6. Náuseas y vómitos
  7. Diplopía: es el nombre médico de la visión doble.
  8. Incremento de los síntomas con la exposición a la luz y el ruido.
  9. Sueño extremo: desea dormir más de lo habitual y le cuesta despertarse.

Cómo se diagnostica

La evaluación clínica será fundamental. De todos modos, es muy probable que cuando suceda la conmoción, no haya un médico cerca, a menos que se trate de un gran evento deportivo. Es por eso que se recomienda que los entrenadores conozcan los síntomas y aprendan a reconocer los signos que alertan a consultar.

Se han elaborado instrumentos de evaluación que consisten en escalas para puntuar los síntomas tras un traumatismo. Los más conocidos son los SCAT. Estas tablas de evaluación son gratuitas, se encuentran disponibles para descargar de la web, y están pensadas para que cualquiera pueda aplicarlas. Una vez en el ámbito hospitalario, los profesionales médicos pueden solicitar una tomografía o una resonancia, pero esto no es netamente necesario. Si los síntomas son claros de conmoción cerebral, el diagnóstico es clínico.

Recomendaciones tras una conmoción cerebral en el deporte infantil

  1. Una vez que se concretó el diagnóstico de conmoción cerebral en el niño que practica deporte, hay que tomar medidas concretas para su bien. Del cumplimiento de las indicaciones médicas dependerá la evolución.
  2. Siempre se recomienda el reposo inmediato y por un tiempo posterior a la lesión. El reposo ayuda a que el cerebro retome sus características habituales, desinflamándose y volviendo a la posición normal.
  3. El regreso a la práctica deportiva tras una conmoción cerebral en el deporte infantil es un tema controversial. Hay quienes postulan un retorno rápido, sin embargo, la mayoría de la evidencia científica apunta a una progresión en el regreso.
  4. Hay que considerar que una conmoción cerebral puede acarrear síntomas hasta un mes después del traumatismo. Los medicamentos no son eficientes para reducir este intervalo, aunque sí pueden aliviar síntomas como los vómitos o la cefalea.
  5. La actividad cognitiva también debería reducirse un poco durante las cuatro semanas de recuperación. Es importante que las escuelas sepan esto, y que la indicación médica lo aclare. Los niños no deberían ser forzados en este período a un sobreesfuerzo intelectual.

 

La conmoción cerebral en el deporte infantil es una lesión que, con relativa frecuencia, puede afectar el normal desenvolvimiento de la vida del niño. Los adultos son los encargados de estar atentos a los síntomas y signos para detectarla a tiempo. Será importante la recuperación del niño que padeció la conmoción. Aunque se recomienda disminuir la práctica deportiva por un período –aproximadamente un mes-, no necesariamente se debe abandonar el deporte en cuestión para siempre.

17 August 2021
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