La Traducción en las Prácticas y Estrategias Editoriales

Circula en el blog del Club de Traductores Literarios de la Ciudad de Buenos Aires una publicación que la escritora peruana Gabriela Wiener realizó en la revista Soho en el año 2008. Se trataba de un cuento de Juan Arreola sometido a un ejercicio de traducción serial: del español al inglés, del inglés al ruso, del ruso al francés y del francés al mandarín; cada una de estas traducciones acompañadas de “una traducción parcial al español” que permitirían la comparación con el texto original.

Tal como podríamos haber intuido desde el inicio, los resultados revelan el teléfono roto de las traducciones y evidencian “los errores”, que en la sumatoria alejan cada vez más al original. No obstante, este ejercicio que fue planteado de manera lúdica nos permite reflexionar sobre problemáticas específicas de la traducción: desde las más clásicas como la fidelidad y los límites entre el interpretar y el traducir (Eco, 2008) hasta la configuración del/la traductor/a como mediador/a cultural que crea ese vínculo entre lo ajeno y lo propio.

En este ejercicio, el texto original y la traducción al mandarín –que fue la última de esta cadena– está mediada no solo por las decisiones, interpretaciones y las aptitudes de cada uno de los traductores sino por las inflexiones que cada cultura meta imprime al texto en este recorrido: la estructura del idioma, la cercanía lingüística, el registro posibilitan las repeticiones, el uso de diminutivos, la simplificación, etc.; y en suma la conformación de un texto nuevo, definido por esa cultura receptora.

Cada traducción es un texto nuevo, tiene en sí misma diferentes matices que pueden pensarse como pérdida o ganancia en función de la intencionalidad comunicativa. Dos ejemplos clásicos de esto son la traducción al español de Ferdydurke de Gombrowicz –pensado como un problema de tradición nacional que además constituye parte de la historia literaria y cultural argentina– y la traducción de José Bianco de Una vuelta de tuerca –que en Latinoamérica, a diferencia de otras regiones, la enmarcó como una de las obras mayores de Henry James– (Wilson, 2005).

En este proceso hay una elección de qué es lo que se toma de la cultura extranjera, de cómo se construye esa mirada externa, y es precisamente lo que queremos exponer en este trabajo: cómo en el proceso de traducción y de publicación de traducciones hay tomas de decisiones que responden a estrategias estética (poetológicas), ético-políticas (ideológicas), comerciales y discursivas que pueden provenir del traductor, del editor, del diálogo de los actores con los contextos sociales y culturales en los que están inmersos, de los intereses de instituciones educativas, etc. De manera sucinta podría presentar algunas de los elementos que creemos intervienen en este proceso:

  • Estrategias editoriales
  • Estrategias traductológicas
  • Coyunturas históricas
  • Adaptación
  • Factores comerciales
  • Aclimatación onmástica
  • Componentes paratextuales
  • Resolución de casos de equivalencia cero en la lengua meta
  • Catalogación y organización editorial

 

Cambios de registro

En el caso del Sapo, el cuento de Arreola, no es menor la figura de la escritora que en esta ocasión está haciendo las veces de editora al determinar la manera en la que se realizará la traducción, cuáles son las pautas que brinda para la ejecución de este proceso.

La primera decisión editorial que toma es que cada traductor parta, ya no desde el original, sino de la traducción anterior en esta serie. Esta inflexión define y le da peso a la mediación entre los lenguajes y la cultura, y al distanciamiento con el texto fuente. ¿Cuál es la intención? Nos aventuramos a plantear que es una forma de visibilizar las interpretaciones y estilo autoral y la recepción en la cultura meta. La traducción marca una diferencia del texto fuente y en este camino no solo hay un cambio de contexto sino una refuncionalización.

La traducción se construye a partir de múltiples elecciones

¿Cuáles son los límites interpretativos de un traductor?, ¿cuáles son los límites que pone el editor? La traducción que realizó la mexicana Pura López Colomé de sonetos de Seamus Heany para la editorial Equilibrista puede darnos una idea. Podemos revisar varios puntos para tratar de entender las decisiones editoriales:

  • El perfil de la editorial
  • La selección de los traductores
  • El recorte de la obra de Heany
  • El formato de publicación
  • La inclusión de fotografías

El Equilibrista es una editorial independiente con una especial atención por la calidad y el formato de publicación. Su catálogo no es muy extenso pero sí muy cuidado, incluye narrativas fotográficas que acompañan textos literarios, ediciones de lujo con ejemplares numerados y firmados, ediciones bilingües y obras poco difundidas, por lo que suele incluir primeras traducciones.

Una de las primeras decisiones tuvo que ver con la selección y recorte de la obra del Nobel, al publicar solamente los sonetos. Esta decisión no solo es un criterio de catalogación, que al igual que las antologías filtran las miradas de los lectores, a través de un desarrollo curatorial; sino que también demuestra la preferencia por las formas.

Asimismo, la elección de los traductores, Pura López y Luis Roberto Vera –ambos poetas y ensayistas–nos está marcando una línea autoral en este trabajo, que sumado a una búsqueda de una postura más poética y no tan académica permite decisiones como: que los sonetos sean libres; que la traducción no tenga pie de páginas explicativos, con esto se le otorga énfasis a la acentuación del soneto y no tanto a su estructura.

Esto implica que el traductor decide no poner por escrito su forma de entender el texto, no hace pública su forma de lectura y con esta la postura ideológica que subyace. Una decisión editorial implica una decisión traductoral.

Asimismo implica una transformación en los contratos de lectura, es decir en la formas de apropiación de sentido a través de la relación entre el soporte y los lectores (Verón, 1985). Esto significa que cada una de las estructuras enunciativas que puede tener un mismo enunciado (Benveniste, 1979) crea diversos efectos de sentido. De esta manera, la construcción del vínculo entre género-lector está mediada, entre otras cosas, por el formato en el que está producido: relación entre el texto y la imagen, la tipografía, el recorrido propuesto al lector, la compaginación, el tamaño, la disposición en la página, etc.; y en este caso por la aparición o ausencia de los pie de página.

Otro de los puntos de decisiones editoriales es la actualización de obras traducidas, ya sea por la incorporación de nuevos elementos (capítulos), nuevas lecturas/interpretaciones de acuerdo al contexto histórico, a las políticas culturales. En los últimos años hemos visto muchos casos de esto, por ejemplo la reedición en el 2015 de Hiroshima por la editorial argentina Debate, debido a la incorporación un quinto capítulo que cuenta lo sucedido con los sobrevivientes durante estos últimos años.

John Hersey es un ícono del periodismo internacional por su mirada humana sobre la tragedia de Hiroshima. ¿Qué conlleva una nueva traducción por el escritor colombiano Juan Gabriel Vázquez, después de la realizada en 1962 en Argentina? Retoma el tema y el foco de discusión después de sesenta años y la de la una mirada contextual, resaltando el debate en torno a los Derechos Humanos. Una nueva traducción implica una nueva lectura y formas de interpretación del texto original, una nueva forma de construcción de la cultura base.

También en el 2015 fue reeditada por CLACSO La teoría del derecho conforme a la ley de razas de Helmut Nicolai, un jurista alemán afín al nazismo que propone la eliminación de todas aquellas comunidades (judíos, gitanos, polacos, latinos, católicos) incapaces de entender la justicia germánica. La traducción de esta obra estuvo a cargo del profesor E. Raúl Zaffaroni, quien además realizó un estudio preliminar para explicar las razones y la necesidad de esta nueva edición. “¿Por qué traducir y publicar este disparate?”

Se traduce y publica para evitar la reinserción de este discurso en un contexto histórico que es propicio para su asimilación: el resurgimiento de la xenofobia en Europa y con ella los partidos de extrema derecha, los medios de comunicación que secundan los intereses del capital financiero, los golpes de estado blandos contra gobiernos democráticos en América Latina, las crisis de inmigrantes (Zaffaroni, 2015).

Las decisiones tanto del traductor como de lo editores, en este caso, no pasaron solamente por el ámbito morfológico y sintáctico sino que transitaron principalmente por los elementos paratextuales: arte de tapa, faja, pie de páginas, texto de la contratapa.

El arte de tapa se basa en una réplica de la tapa original que incluye un resaltado que hace las veces de faja, es decir que aunque hace parte del mismo diseño de portada su función es diferenciarse y mostrarse como una actualización de la misma. El riego de utilizar la faja consistía en que esta se podía sacar, otorgándole al texto su sentido original y no la postura crítica de esta nueva edición.

Las notas al pie pertenecen todas al traductor, radican en su mayoría a referencias históricas que permiten ubicar al texto traducido en su tiempo y lugar; todo esto con el fin de visibilizar la raíz ideológica del original.

El texto de contratapa y las imágenes de niños en campos de concentración que aparecen en las contra-solapas guían la lectura, encaminan la traducción y fuerzan la interpretación, sin tocar el texto aún.

Una vez más el perfil de la editorial nos ayudará a guiarnos en la comprensión de las decisiones editoriales que subyacen detrás de cada publicación. El Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) es una institución no-gubernamental que contribuye a repensar las problemáticas sociales en América Latina y el Caribe. Esta reedición pretende una reinterpretación a partir de una traducción crítica, es el traductor quien analiza el original y lo comenta –como suele suceder en muchas obras– pero en esta ocasión no busca objetividad sino un claro posicionamiento ideológico. De una u otra forma todos los/las traductores/as hacen lo mismo.

¿Para qué y para quién se traduce?, ¿cuál es la finalidad? Estas respuestas guiarán las decisiones tanto editoriales como traductorales que se tomen. En el ejemplo de la traducción de Zaffaroni, el propósito es mostrar la vigencia de un discurso social y políticamente peligroso, y la advertencia sobre las posibilidades de despojamiento de los elementos obsoletos y que demuestren la filiación nazi. En su descontextualización, el texto puede ser fácilmente utilizado como instrumento de discursos políticos actuales. Por lo que la traducción hace énfasis en la contextualización, y en ese movimiento entre preservar el original, verlo en todas sus dimensiones, y al mis tiempo actualizarlo –evidenciar su eficacia en los entornos sociales y políticos recientes–. Es interesante ver cómo la traducción se ubica en esos dos lugares: de preservación y actualización, de conservación y crítica.

Las actualizaciones de ediciones y traducciones no responden siempre a los mismos motivos, pero sí a la necesidad de una recontextualización, de hacer actual y cercana una obra cuya circulación, lecturas, interpretaciones y reescrituras han ido cambiando con el tiempo. De allí la importancia de pensar en cuáles son las tradiciones, decisiones, ideologías que subyacen a estos fenómenos. Las decisiones editoriales hacen parte de este proceso de lectura y de reescritura

Es por esto que quisiera traer el caso de las traducciones y actualizaciones de un clásico literario como Le Petit Prince, que entró al Dominio Público en el 2015, lo cual motivo nuevas traducciones de este libro infantil. En Argentina hay por lo menos cuatro traducciones de esta clásico: la de Ana María Shua, Cristina Piña, Marcelo Cohen y Leopoldo Brizuela.

La traducción de Shua fue publicada por El Gato de Hojalata en 2015 y realizada con anterioridad a su publicación –una diferencia de 20 años–. ¿Qué se mantuvo durante ese tiempo para que la traducción siguiera funcionando? La escritora responde que El Principito se sigue pensando como un libro de autoayuda infantil y estos valores aún no han cambiado.

Lo cierto es que se ha publicado siempre para un público infantil y esto determina un propósito enunciativo que ha sido invariable a lo largo de los años, y guía tanto el proceso editorial como traductoral. ¿Qué pasaría si esta obra se publicara como un tratado filosófico para un público adulto?, ¿de qué manera la traducción cambiaría y trataría de seguir siendo fiel al original? El traductor negocia el sentido con el editor, el autor, con anteriores ediciones y con su propia lengua (Eco, 2008).

Libros del Zorro Rojo (LZR) hizo una apuesta similar, por medio de la ilustración, con la publicación del Discurso del oso de Julio Cortázar. El texto fue publicado originalmente por Paco Porrúa en Historias de Cronopios y de fama (Minotauro – 1962) y el matiz infantil lo brindó LZR al publicarlo de manera independiente dentro de su catálogo infantil y acompañado de las ilustraciones de Emilio Urberuaga (2009). Una vez más, los elementos paratextuales determinan las lecturas de las obras.

En estos días ha estado circulando la polémica de Libros del Zorzal con Hachette por los derechos y la traducción de Asterix, la historieta de René Goscinny. En 2014, la editorial francesa cedió los derechos a Libros del Zorzal para “reinstalar en Argentina la célebre historieta y rehacer la traducción” pero antes de su lanzamiento también cedió los derechos a Salvat, editorial que maneja las viejas ediciones con las traducciones anteriores. 

Esta controversia pone evidencia que en las decisiones editoriales de publicación no competen solamente criterios estéticos, éticos o políticos –como veíamos en ejemplos anteriores– sino también comerciales.

La necesidad de una nueva traducción surge a partir de la revisión de la traducción de los años 70 y encontrar inconsistencias que Libros Del Zorzal resume de esta manera:

  •  La traducción de los nombres de los personajes no siguen ninguna lógica, cuando Goscinny se imponía a sí mismo reglas implacables.
  • Una enorme cantidad de galicismos, imprecisiones y errores notorios. Notamos también una marcada pesadez en el lenguaje, en contraposición con el estilo ágil de Goscinny.
  • Problemas de coherencia en nombres de personajes y giros lingüísticos a lo largo de toda la colección.
  • Pérdida casi sistemática de los juegos de palabras, bromas y dobles sentidos.

La particularidad de los clásicos es que más allá de las imperfecciones o diferencias que puedan existir entre sus traducciones, estas también hacen parte de la cultura local. Los nombres de los personajes, las frases ancladas hacen parte de la historia y de la construcción en la que la traducción también tiene un fuerte componente autoral y que nos da brinda una mirada propia, incluso diferente al texto original.

El Principito de la traducción de Bonifacio del Carril (Emecé – 1951) no es el mismo Pequeño Príncipe de la traducción, no son los mismos personajes ni evocan las mismas referencias en los lectores. Tampoco es el mismo Principito de Brizuela, más chico e indefenso, que dice “dibújame una ovejita” de forma dulce; en vez de aquel chico frío y autoritario que dice en imperativo “dibújame una oveja”. Sin embargo, los nuevos públicos pueden adaptarse fácilmente y reconfigurar las lecturas.

A modo de conclusión

La producción cultural hace parte de un modelo social dominado por la mercantilización, que se encuentra atravesado por complejas divisiones del trabajo, por eso es interesante poner todas estas problemáticas en contexto para facilitar la revisión de hegemonías y vincular la traducción con otros sectores, por ejemplo, con el llamado tercer sector de la cultura. Las editoriales independientes son las que tienen la posibilidad tanto de editar como traducir obras por fuera del canon y las que activan y dinamizan el trabajo y el rol profesional de los traductores literarios.

La traducción y edición hacen parte de un mismo entramado en el que muchas veces los actores involucrados toman decisiones que no solamente afectan el trabajo del otro, sino que involucran la configuración del campo profesional, académico y cultural. Las elecciones y estrategias usadas determinan las formas de trabajar y de acceder al público, y rediseñan las políticas editoriales y culturales presentes.

Bibliografía

  1. · Benveniste, E. (1979). El aparato formal de la enunciación. En Problemas de lingüística general II. México, Siglo XXI.
  2. · Eco, U. (2008). Decir casi lo mismo. Experiencias de traducción. Uruguay, Lumen.
  3. · Letevere, A. (1997). “La traducción: la ideología” en Traducción, reescritura, y la manipulación del canon literario. España, Ambos Mundos.
  4. · Verón, E. (1985). El análisis del “Contrato de Lectura”, un nuevo método para los estudios de posicionamiento de los soportes de los media. En Les Medias: Experiences, recherches actuelles, aplications. París, IRE.
  5. · Wilson, P. (2005). Introducción. En libro: sobre la traducción. Paul Ricoeur. Buenos Aires, Paidós.
24 May 2022
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