Mitología Griega, Muerte Del Dios Urano

“En el principio, Eurínome, diosa de todas, las cosas, se alzó desnuda del caos, pero no encontró nada sólido en que apoyar los pies y por consiguiente separó los mares del firmamento, bailando solitaria sobre sus olas. Bailó en dirección al sur, y el viento que se levantó tras ella parecía algo nuevo y aparte con que empezar un trabajo de creación. Se dio la vuelta y agarró este viento del norte, lo frotó entre sus manos y he aquí que apareció la serpiente Ofión. Eurínome bailó para calentarse, más y más desenfrenadamente, hasta que Ofión, sintiéndose lujurioso, se enroscó alrededor de aquellos miembros divinos y sintió deseos de copular con ella. Así fue como Eurínome quedó encinta.”

En los comienzos, el mundo era una masa confusa donde todas las cosas se mezclaban conformando un caos total; periodo que perduró por muchas eras, fue entonces que la diosa “Gea” y otras divinidades celestiales, decidieron colocar el orden en todo el mundo, la madre tierra, sin la intervención de ninguna divinidad, crea al dios del cielo “Urano”, quien reina sobre todas las cosas. El gran dios Urano y la diosa Gea, se unieron en un acto de divinidad y como producto de aquello, engendraron hijos muy poderosos. Entre ellos están los Titanes, los Cíclopes y los Hecatónquiros o Hecatónqueros.

El dios estaba muy temeroso de ser destronado por sus hijos, es así que después de su nacimiento, Urano los confinaba en el vientre de la diosa, en un sitio llamado la prisión del Tártaro, causándole a Gea un intenso dolor debido a que estaba forzada a contener dentro de sí a seres divinos y portadores de poderes colosales.

La diosa, ya estaba cansada del tormento, la opresión y de la tiranía de Urano, comenzó a tramar la forma de abatirlo, entonces libera a su hijo más joven y fuerte, el Titán Cronos, y le implora para que la libere de la tiranía de su padre y tome para sí el poder de reinar sobre el universo. El ambicioso Titán acepta la difícil tarea y para realizar esta misión, su madre le entrega una oz llena de diamantes.

Cronos parte hacia el palacio celestial de Urano, allí encuentra a su padre durmiendo sobre una nube y lo ataca con un golpe fatal y certero en los testículos del dios del cielo, este suelta un rito de dolor nunca antes oído en el universo, cayendo sobre una nube y su sangre tiñe el cielo de rojo escarlata. Victorioso y lleno de ambición, Cronos regresa y le cuenta a su madre sobre su eminente hazaña, Gea, se regocija muy orgullosa de su hijo y lo convierte en el señor de todo el universo como se lo prometió.

Como primer acto, Cronos libera a sus hermanos y los convoca a un gran banquete en su homenaje. Al caer la noche y Cronos es visitado por el espectro de su padre quien le dice: “Eres un retoño infame, quien manchó sus manos con la sangre de su padre y de la misma forma en que me arrebataste el poder supremo, un día también a tú serás despojado”. Después de derribar su padre del trono celestial, Cronos da inicio a su reinado como el dios supremo de todo el mundo.

En aquella era, a lo largo del periodo dorado, también la paz y la armonía imperaban en el mundo, en un estado de abundancia y primavera incesante, que hacían que los trabajos como la agricultura sean innecesarios, donde la palabra necesidad no tenía sentido. Por otro lado, la vida de los dioses no era de paz y tranquilidad como la de los hombres, Cronos, al igual que su padre, se había convertido en un tirano, ya que solía gritar la siguiente expresión: “aquí mando yo y nadie más”.

Nacimiento de Zeus

El poderoso Cronos, desposó a su hermana, la diosa Rea y temeroso de la profecía de su padre, que le maldijo diciendo, así como sucedió con él, uno de sus hijos también se levantaría en su contra y le arrebataría el poder. Fue entonces que el dios, en el apogeo de su demencia, devoraba a sus hijos recién nacidos, convencido que de esa manera ninguno de ellos jamás le disputaría su poder. La diosa Rea quedaba desolada, a ver que como un hijo tras otra era devorado por el dios tirano. La reina estaba nuevamente embaraza, pero esta vez se revela y decide que su hijo no servirá más de comida para Cronos, para ello Rea desciende a la tierra en la isla de Creta y da a luz a Zeus, en una cueva, donde entrega su hijo a las ninfas del bosque para que sea criador por ellas.

El dios del cielo, esperaba con ansias el nacimiento del bebé para devorarlo, es entonces cuando Rea, finge tener los dolores del parto, se encierra en su cuarto y empieza a gritar, cuando salió de su dormitorio, la diosa traía consigo una sábana que envolvían unas piedras imitando la forma del bebe, pues ella sabía que Cronos ávido por devorar al niño no iba a percibir, el engaño cometido, ya que se lo tragaría de una vez y así sucedió. Rea, simula llorar de tristeza por la pérdida de otro de sus hijos, pero en realidad llora de alegría, por haber logrado salvarlo de ese destino tan terrible.

Mientras tanto, Zeus era criado por las ninfas y amamantado por Amaltea, cuando creció, fue educado por un águila encantada que viajaba alrededor del mundo y le traía las novedades de todo lo que sucedía. Al llegar a la edad adulta su verdadera identidad le fue revelada y también el terrible destino de sus hermanos, decidido. Zeus emprende una forma de liberarlos, con la ayuda del Titán Océano, Zeus consigue una poción que haría que Cronos vomite a sus hermanos, entonces disfrazado de lacayo celestial, convence a Cronos para que tome la poción, diciéndole que se trata de un néctar de calidad nunca antes visto.

[image: ]Después de beber el néctar, Cronos siente náuseas y vomita a todos sus hijos: Hestia, Hera, Deméter, Hades, Poseidón, además de las piedras utilizadas para engañarlo. Ahora con el apoyo de sus hermanos, Zeus reivindica para sí el poder de gobernar el mundo, pero Cronos no está dispuesto a ceder el poder sin luchar, dando inicio una nefasta guerra entre Titanes.

La guerra de los Titanes

Zeus, tras haber tomado el poder del dios Cronos y liberado a sus hermanos de las entrañas de su padre, esta traición dio origen a “Titanomaquia” o la guerra de los Titanes. De un lado estaba Cronos y sus aliados, y del otro lado Zeus y sus hermanos, que dirigidos por él, tenían como cuartel general el monte Olimpo, por aquella razón se los denominó como “Los dioses del Olimpo”. Mientras que Cronos y los Titanes se refugiaban en el “Monte Ótris”, el ejercito de Cronos tenía como general al poderoso Titán “Atlas”, quien lideraría los ataques hacia los dioses olímpicos. Zeus muy consciente del poderío de los titanes, busca refuerzos en el Tártaro, de donde libera a los poderosos cíclopes, quienes en gratitud, forjan poderosas armas para los dioses; Zeus recibió sus truenos y relámpagos; Poseidón, recibió un tridente, capaz de provocar terrible tempestades y terremotos y Hades el Elmo del terror, que le daba el poder de la invisibilidad. Ambos ejércitos estaban en una ruta de colisión, que cuando estos se encontraron el estruendo fue tan grande que el universo se estremeció por completo, los terremotos, erupciones volcánicas y tsunamis se apoderaron de la tierra.

La intensa batalla entre titanes y dioses, perduró por años y la balanza hacia perder peso por el lado de los titanes, entonces el dios del rayo, decide liberar a los Hecatónquiros, gigantes de cien brazos y cincuenta cabezas, criaturas horrendas que causaron un impacto decisivo para el cambio de la guerra, logrando así la derrota inevitable de los ejércitos de titanes que luego huyeron desmoralizados.

El poderoso rayo de Zeus, obligó a Cronos a ponerse de rodillas, condenándolo junto a sus aliados a perpetuar en la prisión del Tártaro y designa a los Hecatónquiros a resguardar sus improfanables puertas construidas por Poseidón, pero como si aún no fuese suficiente, Zeus impone un castigo mortal para el dios Atlas por liberar a las tropas titánicas, este fue condenado a sostener sobre su espalda, el peso de la tierra por toda la eternidad. El dios Zeus se consolida como el dios de los dioses, no obstante la diosa Gea, madre de los temibles titanes, se enfurece, al ver que sus hijos yacen en aquella prisión y prepara un plan para vengarse de Zeus.

[image: ]Después de la victoria de los dioses del olimpo sobre los titanes, Zeus decide exterminar con los reinados de los dioses tiranos, entonces procede a dividir parte de su poder; Zeus pasó a gobernar como dios supremo del cielo; Poseidón para a ser el señor de los mares, mientras Hades tendrá total dominio del inframundo, también conocido como el mundo de los muertos. Todos los que lucharon a su lado, recibieron los honores adecuados. A partir de este momento, empieza el gobierno de los dioses sobre la tierra y los hombres, pero antes de consolidar este poder, aún deben enfrentar un inmenso desafío, la enfurecida diosa Gea, madre de los titanes.

El Tifón

La diosa Gea, engendra a la más tenebrosa criatura, el monstruo “Tifón”, concebido con la única finalidad de derrotar a Zeus, que luego se dirige hacia el olimpo. Los dioses, al ver a la enorme y monstruosa bestia, huyen del pánico, pero solo Zeus se quedó para pelear contra Tifón. El combate se vuelve intenso y despiadado, Zeus utiliza como arma sus poderosos rayos y la oz de Cronos, pero durante la batalla, Tifón lo desarma y arrancándole los tendones, el poderoso dios es derrotado e incapacitado, luego es atrapado y sus tendones son vigilados por “Equipna” la mujer serpiente.

Con el apoyo del dios Hermes, que consigue rescatar los tendones de Zeus y al devolvérselos él recupera todo su poder quien luego va en búsqueda de la revancha para así esta vez derrotar a Tifón. Zeus es ayudado por las “Moiras”, divinidades que también eran respetas por los dioses, ellas alimentaron a la bestia con frutos envenenados, el poderoso dios parte para definir su victoria y al llegar encuentra a su enemigo debilitado, toma ventaja y dispara numerosos rayos sobre la cabeza de Tifón que luego cae derrotado, Zeus lo aprisiona sobre el “Monte Edna”. Para finalizar esta heroica victoria, los dioses regresan al Monte Olimpo, teniendo así el camino abierto para, reinar sobre el hombre y la faz de la tierra.

Prometeo y la caja de Pandora

Prometeo fue uno de los más poderosos titanes, que decidió pelear del lado de los dioses olímpicos, pues para él era evidente que ellos ganarían la guerra de la Titanomaquia. Una vez terminada la guerra y por haber luchado con honor, el dios Zeus le entregó su confianza y le encomendó la tarea de poblar la tierra y de hacerlo a su gusto, pero en cuanto termine, sea el mismo Zeus quien apruebe primero su creación.

Entonces, Prometeo, creó a todos los animales salvajes, a los que dio vida después de que Zeus lo aprobara. De la misma forma, Prometeo moldea la arcilla y crea imágenes erguidas muy semejantes a los dioses, esto le enorgullece tanto que decide darles vida sin la aprobación del dios Zeus, pues estaba muy convencido que en cuanto los viera le daría su consentimiento, que de hecho no pasó, al contrario, el dios se enfureció tanto, que desde ese entonces le importó poco la humanidad y el único que se preocupaba por ellos era Prometeo, desde tal punto que llegó a engañar a los mismos dioses para beneficiar al hombre. Un día tras pasó los límites y por encima de la voluntad de los dioses, el Titán, decide robar el fuego eterno y entregárselo a los hombres, para que no muriesen de frío.

Esta acción, indignó a Zeus y ordenó apresarlo, como consecuencia de sus actos, Perseo fue juzgado y condenado a pasar encadenado a una roca, donde un águila se posaba sobre su estómago y devoraba su hígado, el mismo que se regeneraba todas las noches, para que así esté listo para que al siguiente día, el águila vuelva a devorarlo cada, cada día y por toda la eternidad. Eventualmente, pasaron treinta mil años, en los que Prometeo cumplía su cruel condena

Cuando acabó el juicio, Zeus fue a ver a Hefestos, dios del fuego y la forja para pedirle que creara una mujer, tan bella como temible, para castigar a los hombres, a la que la por nombre “Pandora” y para asegurarse que su castigo funcionara, la envió al mundo de los hombres, llevando consigo una caja digna de los dioses ordenándole que pase lo que pase, nunca debería abrir aquella caja. No obstante, Zeus sabía que bastaba con decirle al hombre lo que no debía hacer para que este desobedezca e hiciera lo contrario.

Cuando Pandora llegó, todos tenían la curiosidad por saber que contenía la caja; curiosidad en la que ella también se vio involucrada, tanto así que un día sin importarle las consecuencias, decidió abrirla, tan pronto como abrió empezaron a salir de ella todos los males que agobian a la humanidad, muerte, hambre, egoísmo, guerra, destrucción y todo tipo de enfermedades mortales. Pandora trato de cerrar la caja pero fue demasiado tarde, y lo único que pudo lograr contener dentro de ella fue la esperanza; por eso hasta el día de hoy podemos decir que la esperanza es lo último que se pierde. Es así como el origen de la humanidad y el de todos sus males, nacen con este mito.

La diosa Deméter y su hija

Deméter, era la diosa de la agricultura, también llamada la diosa madre, así como otros dioses, ella poseía el gran poder, de la protección del matrimonio, la ley sagrada e incluso el ciclo de la vida y la muerte. Su rol como patrona de la agricultura era crucial para que las especies del planeta sobrevivieran, ya que sin ella, ningún arbusto o árbol crecía, ni regalaba sus frutos. La diosa se negaba a ascender al Olimpo y permanecer en el mismo, ya que conocía los deseos lujuriosos de sus hermanos, quienes seguramente tratarían de ultrajar a su hija Perséfone, sin embargo a su hermano mayor Hades, tampoco le gustaba frecuentar el Olimpo, él permanecía en el averno la mayoría del tiempo, pues las labores en su reino nunca terminaban.

Un día Perséfone, se encontraban de visita en los campos de flores de Edna, pero no se arriesgaron a ir solas, ya que los peligros del mundo de los dioses y los mortales eran diversos, así que decidieron ir acompañadas de tres ninfas de su consejo para que protegieran a Perséfone mientras paseaba. Entonces, Hades vio a su sobrina y quedó prendado de su belleza y sucumbiendo al deseo, que de inmediato tomo su infernal carruaje para subir a la superficie; la tierra tembló y se partió en dos. Las ninfas sintieron pánico, a ver a Hades emerger de una gran grieta para raptar a Perséfone y llevarla con él al inframundo, mientras la grieta del suelo se cerraba tras de ellos.

Cuando las Ninfas le contaron lo sucedido a Deméter estalló en furia, ya que no pudieron proteger a su hija, así que las convirtió en sirenas. La diosa llena de tristeza, emprendió un viaje por todo el mundo, disfrazada de una anciana, haciendo que desatendiera sus obligaciones, como consecuencia de ello la tierra no daba más frutos y fuerte invierno afectando la vida de los seres humanos y que murieran de hambre. En el olimpo, hubo una tremenda conmoción, por lo que estaba sucediendo en la tierra, Zeus y otros dioses decidieron hablar con Deméter para que volviera a sus actividades de agricultura, pero esta aseguró que si no encontraba a su hija la tierra seguiría sufriendo.

El dios Zeus, amaba toda la vida existen en la tierra, decidió intervenir en el asusto y envió a Hermes para llegar a un acuerdo con Hades y libere a Perséfone, pero el temible dios, fraguaría un plan para retenerla, así que antes de dejar que ella ascendiera, le dio de comer la granada fruto del inframundo, pues se relataba que quien comiera de este fruto quedaría obligado a permanecer en el averno un mes del año por cada grano y Perséfone había comido seis de ellos antes de llegar con su madre.

Deméter al darse cuenta que su hija comió del fruto prohibido, se resignó al dolor de perder a su hija por seis meses cada año y cuando esto sucedía ella quitaba el favor del mundo pues la tristeza la embargaba y a esto se lo llamó el invierno en la tierra; esto dio origen a las estaciones del año, siendo verano y primavera el tiempo que Perséfone se encuentra en la superficie junto a su madre; pero en cambio cuando ella se encuentra en la morada de Hades, el mundo experimenta la tristeza de Deméter con el otoño y el invierno.

 

06 July 2021
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