Muerte Natural, Violenta Y Sospechosa De Criminalidad

Muerte natural

Es el fallecimiento a causa del final de la existencia, espontáneo y esperado, posible en cualquier ser humano, como suceso natural perteneciente a la vida; acontecen en procesos patológicos, o etiologías espontaneas, particular de una persona, en ausencia participación de actos de violencia premeditados del mismo sujeto para consigo, ni implicación de manera violenta de un tercero o de actos cometidos por terceras personas. Los factores endógenos como la senectud, patologías degenerativas, patologías oncológicas, enfermedades cardiovasculares y otras, y factores exógenos como las patologías causas infecciosas.

Muerte violenta

Este tipo de muerte se debe a un hecho contrario a lo natural, definido por la ejecución de sucesos violentos intencionales de la misma persona contra sí mismo, o ante la presencia de intervención violenta de terceras personas o de actos de terceros. Su etiología desde el punto de vista médico-legal se debe a mecanismo suicida, homicida o accidental.

Muerte sospechosa de criminalidad

Es todo tipo de defunción, que puede ser de origen natural, llega a presentar algún indicio o duda por lo que realiza una autopsia.

Estos casos se caracterizan acontecimientos de muerte rápida en ser humano con apariencia de no tener antecedentes patológicos, ocasiones de muerte súbita, o debido a eventos de espacio y tiempo que impiden una valoración precisa del motivo inmediato del deceso lo convierten en una sospecha de criminalidad, siendo necesario la realización de la autopsia.

Fenómenos cadavéricos

Son alteraciones que ocurren en el cadáver desde el momento en que finalizan los procesos bioquímicos, al verse este intervenido por distintos efectos. Esos efectos son principios de la naturaleza que influyen a cualquier elemento. Durante la vida existe una retroalimentación con el entorno que se ausenta al fallecer.

Fenómenos cadavéricos abióticos

Son cambios que se producen en el cuerpo sin vida debido a las condiciones ambientales que lo afectan.

Enfriamiento

Considerada la manifestación que se presenta en el cuerpo sin vida con gran celeridad, y es posible reconocer sin necesidad de aplicación tanta ciencia. Al fallecer el ser humano, los centros de la regulación térmica culminan su función: el cuerpo humano se vuelve un elemento inerte y acogerá la temperatura del medio ambiente al que esté exhibido. En general el cadáver tiende a reducir la temperatura en lugares con climas templados y cuerpos exhibidos al aire libre; ocurre lo opuesto en el cadáver expuesto en zonas abiertas con climas tropicales extremos y en espacios cerrados, acrecentándose asi su temperatura.

Con respecto a los órganos, en caso del cerebro se conserva la temperatura durante mucho tiempo, sin embargo, en el rostro, manos y pies se pierde de manera rápida (frías a las 24 horas posterior a la muerte). A continuación, cae la temperatura en piernas y brazos. Luego en tórax, dorso y finalmente en cuello, axilas y abdomen. Los cambios en la evolución se deben a la etiología de la muerte, factores individuales y el medio ambiente. El aire húmedo canaliza de mejor manera el calor que el aire seco ya que la ventilación mejora la transferencia calórica por convección.

Según la regla de Bouchut; en caso de enfriamiento se llega a presentas de distintas formas en su inicio y evolución, pero comúnmente las primeras 12 horas el descenso recae de 0,8-1 grado/hora, posteriormente es de 0,3-0,5 grados/hora (en temperatura ambiente de 5-15 grados).

La Estimación de Simpson considera que las primeras 6 horas la temperatura esperable del cadáver fluctúa entre 30-34 grados, a las 10 horas decae a 28 grados y a las 15 horas de 24ª 26 grados (con temperatura de ambiente entre 16-20 grados).

La Fórmula de Glaister considera la temperatura rectal cadavérica y la temperatura rectal normal, incluyendo constantes matemáticas para compensar la pérdida inicial de calor, sirve para estimar el intervalo postmortem (IMP)1:

IMP= (Tº RECTAL NORMAL-Tº RECTAL CADAVÉRICA) /1,5

El Normograma de Henssge es utilizado para indicar la hora de muerte valorando la temperatura rectal, temperatura ambiental y peso del cadáver (a temperaturas de hasta 23 grados y de 23-35 grados), teniendo un margen de error de 2,8 a 7 horas.

Deshidratación cadavérica

Este fenómeno va depender de las circunstancias ambientales exteriores, siendo más intensa cuanto más elevada este la temperatura y ventilación. Manifestándose por fenómenos generales como la pérdida de peso y locales como apergaminamiento en la piel, desecación de mucosas (labios, vulva y glande) y alteraciones oculares que son muy interesantes y obvios:

Pérdida de trasparencia de la córnea: es la parte anatómica donde empieza a observarse, lo que con frecuencia se llama la pérdida del brillo de los ojos y la córnea se torna turbia. En caso estén los ojos abiertos tiene que transcurrir un aproximado de 45 minutos para llegar a notarse, pero si se encuentran cerrados serán aproximadamente 12 horas (tela glerosa). Puede haber confusión en aquellos cadáveres que un tercero les cerro los ojos, habiendo este fallecido con los ojos abiertos.

Mancha esclerótica de Sonmer-Lacher: es una mancha desigual, de color oscura que aparece, primero, en el ángulo interno y luego en el externo del ojo, se presenta en un 40% del cuerpo sin vida y se ocasiona por la oxidación de la sangre contenida en los vasos coroideos además de la deshidratación de la esclera, lo que posibilita visualizarla.

Hundimiento del globo ocular: se aprecia aproximadamente desde las 8 horas posterior a la muerte, para considerarlo un signo certero debe ser medido con tonometría ocular, el nivel de presión intraocular, la cual medirá en promedio 18 mmHg. En condiciones de calor el ojo perdería hasta 1 mmHg cada 20 minutos.

Livideces cadavéricas

Son señales tempranas físicas que ocurren en un cuerpo sin vida, denominadas también manchas de posición, se tratan de forma y tamaño variables en la piel que se observan las zonas con mayor declive del cuerpo por acumulación posicional de la sangre en los capilares de la dermis concomitante al efecto que ejerce la gravedad. Es necesario su evaluación porque permite hacer la valoración del intervalo postmortem y causa de la muerte, a partir del color, localización, intensidad y secuencia cronológica de aparición.También permite evaluar la posición inicial y final del cadaver.

En el caso de las livideces paradójicas se presentan en zonas no declives, en posiciones opuestas al decúbito (caso de la espalda y el tórax). Se producen mayormente en muertes por asfixia o por agentes tóxicos, por la movilización del cadáver.

Las manchas mayormente son de color rojo vinoso, pero existen variantes como: rojo violáceo (varía según el contenido de oxígeno en la hemoglobina), rojo azulada (fallecimientos a causa de asfixia), rojo cereza (debido a envenenamiento por productos como cianuro o monóxido de carbono), rojo verdoso (en casos de una sepsis por clostridium) y rosada (debido hipotermia o el cadáver se ha sido sumergido en agua, produciéndose la mezcla de la sangre con agua ingerida y su posterior traslado a la circulación sanguínea).

Con respecto a su cronología, se presentan a las 20-45 minutos en las regiones del cuello y tronco, confluyen a partir de las 2 horas y se generalizan a las 12 horas. En el intervalo de 12 a 18 horas se atenúan ante la presión, debido a la movilidad podrían aparecer livideces secundarias. No cambian ni se producen nuevas desde las 18 a 48 horas. (se llegan a fijar).

Con la condición de que el cadáver se encuentre en decúbito supino, la evolución cronológica de las livideces cadavéricas será: durante los primeros 20-45 minutos en la región dorsal del cuello, a partir de 1 hora y 45 minutos empieza a confluir, seguido de 3 a 5 horas en el resto del cadáver y de 10 a 12 horas invaden el plano inferior.

Hipostasis

Son aquellas manchas de formas y tamaños diversos que aparecen en los órganos viscerales (pulmón, bazo, hígado y riñones) debido al depósito de sangre en los capilares de estos órganos.

Fenómenos cadavéricos bióticos

Son aquellas modificaciones de naturaleza físico-química que se manifiestan una vez producido el deceso de la persona.

Rigidez cadavérica

En un periodo de 3 y 4 horas postmortem comienza una fase de contracción de los grupos musculares, llamado rigidez cadavérica, que incluye el total de los músculos, en primer lugar, afecta el musculo liso y después el musculo esquelético. En cuanto al comienzo de la rigidez cadavérica es cefalocaudal, según la mayoría de expertos, inicia a partir de los músculos de la cara, cuello, tórax, abdomen y miembros torácicos y pélvicos. Este fenómeno cadavérico tiene que ver de manera directa con la aparición de adenosintrifosfato (ATP) en la placa neuromuscular, con las mismas particularidades de rigidez del inicio, esto ya no es efecto del ATP, sino de la lisis por parte de las enzimas hidrolíticas, tanto de las moléculas de actina y miosina, en consecuencia, el cadáver adquiere total flacidez muscular aproximadamente 48 horas posteriormente, coincidiendo con el comienzo del fenómeno de destrucción. La rigidez es completa en un intervalo de 8 a 12 horas y alcanza su máxima intensidad a las 24 horas, Llega a desaparecer a las 36 a 48 horas. Existen factores que influyen sobre la rigidez como: temperaturas elevadas donde la rigidez es rápida y menor periodo, a temperaturas bajas la rigidez se mantiene por más tiempo, en el caso de la hidratación retrasa la rigidez y al revés, en el caso de muerte súbita la rigidez es intensa y duradera, las condiciones que determinan el descenso de ATP (las convulsiones, ejercicio violento, hipertermia, tétanos, electrocución, intoxicación por estricnina) van originar rigidez precoz. Desde el punto de vista médico-legal es importante en el diagnóstico de la muerte real, en la determinación de la data del fallecimiento y reconstrucción de los sucesos que causaron la muerte.

Espasmo cadavérico

Considerada un tipo de rigidez, se caracteriza por un estado de contracción muscular posterior a la muerte súbita a causa de un espasmo generalizado o focalizado. Se expresa de manera instantánea y que sucede sin haber pasado por la fase de relajación (el cuerpo sin vida que con expresión de horror). Su relevancia médico-legal fundamentalmente en el espasmo cadavérico focalizado en la mano que se ve en casos de suicidio por arma de fuego en los que comúnmente se ubica el arma firmemente asida por la víctima, siendo fundamental para excluir la simulación en caso de homicidio.

Fenómenos destructores

Autolisis

Es considerada una agrupación de procesos fermentativos anaerobios que se dan dentro de las células por efecto de las propias enzimas celulares sin participación de bacterias, Desde que la persona fallece, las presiones parciales de oxigeno dentro de la célula se reducen. En el caso de sucesos agónicos duradero, este catabolismo genera aún más daño a nivel celular, al grado de que comienza con modificaciones aceleradas de la concentración de hidrogeniones (pH). Estructuras como la membrana celular, núcleo y mitocondrias, “sufren” cambios al grado de prosperar un proceso de necrosis tisular en sus 3 fases: fase latente, anárquica y cromatólisis. El grado de destrucción va depender del órgano; entre los que se afectan más rápido están la glándula suprarrenal y el cerebro; el caso del páncreas y el bazo, que son órganos con tejido más friable, sufren a continuación modificaciones; en los órganos de composición muscular; entre ellos el corazón, útero u otros diferentes a estos como las asas intestinales y el colon son más resistentes a la autolisis. La ausencia de oxigenación que permitió las modificaciones del pH e hidroelectrolíticas originan que los lisosomas destruyan su membrana y descarguen enzimas hidrolíticas, cuya función es la autolisis celular.

Putrefacción

Es el proceso de descomposición del cadáver, por efecto de las bacterias. Estos microorganismos pertenecen a la flora de los intestinos, y que posterior al fallecimiento se diseminan por la circulación sanguínea; por lo que se entiende que en las livideces y otras zonas donde hubo mayor cantidad de sangre, se vea mayor putrefacción. Pocas veces se agregan del exterior, e ingresan a nivel cutáneo.

Comienza con la acción de bacterias aerobias (bacilo subtilis, Proteus vulgaris y coli), a continuación, los aerobios facultativos (bacilos Putrificus coli, Liquefaciens magnus y Vibrión colérico), y, por último, en la ausencia de oxigenación, participan las bacterias anaerobias, que producen gases. Entre ellas, la más frecuente es el Clostridium y bacterias que están involucradas en la gangrena gaseosa.

La descomposición se expresa mediante 4 fases, cuyos periodos en temperaturas, entre 17 y 24 grados Celsius es la siguiente:

  • Periodo Cromático. – el primer signo es la mancha color verdosa en el abdomen, principalmente en la fosa iliaca derecha o en las 2 fosas iliacas, transcurrido 24 horas; el veteado venoso, a las 48 horas, que se basa en la observación de la red venosa a nivel cutáneo por inhibición de la hemoglobina convertida a compuestos azufrados, y termina con la coloración verdosa o negruzca del cadáver, a los 4 días,
  • Periodo enfisematoso. – aquí se presenta la acción de las bacterias que producen gases, generando la hinchazón de los tejidos. A nivel cutáneo se establecen ampollas con despegamiento de la epidermis, que a continuación se desprenderá a colgajos en palmas y plantas, e incluso las uñas. Se firman prominencias en abdomen, mejilla y parpados. Se visualiza protrusión de la lengua y del recto. Puede llegar a producirse la expulsión del feto en el cadáver de una gestante. Todo esto acontece a los 7 días de la muerte,
  • Periodo colicuativo. – en esta fase los tejidos se disuelven, comenzando por las regiones inferiores. Teniendo el cadáver como característica la apariencia de acaramelado. A continuación, se convierte en una masa de apariencia de jalea y tonalidad pardusca. Esta fase puede acontecer en un intervalo de 2 a 4 semanas.
  • Periodo de reducción esquelética. – denominada igualmente como esqueletización. Se presenta en un intervalo de 3 a 5 años. Cabe la posibilidad de que progrese hasta la pulverización.

 

Bibliografía

  1. Takajashi Medina, F., n.d. Medicina Forense. 1st ed. Ciudad de México: Vanessa Berenice Torres Rodríguez, p.67.
  2. Lizancos Castro A. MUERTE NATURAL, VIOLENTA Y SOSPECHOSA DE CRIMINALIDAD. ESTUDIO MÉDICO FORENSE DE LOS FENÓMENOS CADAVÉRICOS [Internet]. 1st ed. Madrid: Dr. Bandrés; 2016 [cited 1 July 2020]. Available from: https://www.studocu.com/es/document/universidad-complutense-madrid/medicina-legal-y-toxicologia/apuntes/12-conceptos-de-muerte-natural-violenta-y-sospechosa-de-criminalidad-fenomenos-cadavericos/3055565/view
  3. Vargas Alvarado E. Medicina legal. 4th ed. San José, Costa Rica: Lehmann; 2012.
18 April 2021
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