Soy Distinto A Todos... Igual Que Los Demás

Repite y repite. Y de tanto repetirse se consagra, adquiere independencia y rige, más allá del bien y el mal. Cuando me pregunto qué perspectivas son aquellas que me incomodan en la actualidad, me encuentro ante un sin fin de posibilidades y enfoques que podría tomar para desarrollarlo, uno de ellos es cuan influenciadas son nuestras opiniones hoy en día por la proliferación masiva de lo igual. ¿Acaso, nos damos cuenta, o su sutileza la hace invisible convirtiéndonos en ciegos de la realidad y de nuestras propias convicciones?

Considero que es un buen punto de partida, teniendo en cuenta que es una enfermedad que aqueja el cuerpo social, reflexionar sobre lo que, según mi opinión, son dos ejes centrales como: la globalización y la comunicación – el lenguaje.

Sobre la base de las consideraciones anteriores, a la globalización le es consubstancial, una violencia que hace que todo resulte intercambiable y por consecuencia podríamos decir ‘igual’, lo que termina llevando al aniquilamiento del “otro”, de lo distinto, de lo singular y de aquello que es incomparable.

Podríamos decir abiertamente que nos es impuesto lo homogéneo, excluyéndose por completo todo aquello que se considera como proveedor de una identidad o desarrollo de lo auténtico; hoy en día todo el mundo quiere o al menos intenta ser distinto, pero en esa voluntad de ser diferente al otro simplemente prosigue lo igual.

Esta sociedad global, que aspira continuamente a una producción de autenticidad, muchas veces lo hace a través de lo comerciable, multiplicando aquellas mercancías con las cuales se materializa lo que creemos que es genuino. Se descubre así, un sujeto, con dos roles: como consumidor de productos y como consumidor de mensajes ¿Pero tenemos en cuenta lo que esto implica indirectamente?

Nos introduce lentamente en un esfuerzo y hasta podría decirse que en una obligación para consigo mismo de cuestionar y velar por esta producción del “yo” como sujeto único. Esta exigencia de “aportar rendimientos” para producir un sujeto que difiera de los demás paradójicamente implica una carga muy pesada hasta el punto de que logramos disminuir toda relación con lo diferente.

En efecto considero que desarrollamos una cierta adicción a todo aquello que nos llene, por así decirlo, que engendre de una manera u otra el producirse a sí mismo. Un claro caso de ello son las redes sociales que hoy en día juegan un papel muy importante, en mi opinión, formando identidades sociales fuertes, con las cuales muchas veces perdemos parte de nuestra individualidad con tal de pertenecer a un grupo o lograr cierta aceptación de parte de él.

Creo que no sería erróneo hablar de una hipercomunicaciòn, entendiendo a la misma como esta capacidad de acceder a mayor información e interacción en tiempo real, permitiendo relacionarnos con personas de distintos lugares de nuestro planeta y derribando aquellas barreras geográficas que, décadas atrás, parecían infranqueables, pero que también reprime los espacios libres de silencio y de soledad, que son los únicos en los que sería posible expresarse sin inhibición alguna. En síntesis, podría decirse, que es acá donde se da el punto de unión entre globalización y comunicación, aunque hay que admitir que el camino de ambos se encuentra ampliamente ligado.

Como todos sabemos la comunicación, es interactiva por naturaleza y su esencia es la retroacción (feedback), pero esto con el correr del tiempo se volvió casi anticuado, en una sociedad que reemplaza el lenguaje por un simple “me gusta”; Donde se aspira a eliminar a el otro, y sin su presencia dicha comunicación simplemente recae en un intercambio de sucesiva información.

Todos sabemos que no fueron las guerras ni sus secuelas lo que transformaron el mundo, si no este big bang de la globalización y su forma de transmitirlo por medio de un lenguaje que ha perdido su simplicidad volviéndose más y más complejo. Esta radical transformación, implicó intrínsecamente un cambio de paradigma, una nueva imagen de lo contemporáneo, que nos ha modificado de pies a cabeza el pensamiento marcando un antes y un después.

Solo basta decir a modo de conclusión que en esta era de lo complejo, no podemos dejar de lado que tanto la comunicación como el lenguaje constituyen las principales herramientas de socialización en el escenario actual, convirtiéndose en referencia obligada para comprender las relaciones de poder y dominación que se ejercen a diario en el ámbito global.

Es evidente que un rasgo característico de nuestra sociedad, son los medios de comunicación en masa que como bien describe Habermas: “constituyen reforzadores técnicos de la comunicación lingüística, que salvan distancias en el tiempo y en el espacio y multiplican las posibilidades de comunicación, que adensan la red de acción comunicativa, pero sin desenganchar las orientaciones de acción de los plexos del mundo de la vida.” (1)

Los medios electrónicos, hoy en día, se presentan como un aparato que se introduce y se adueña por completo del lenguaje comunicativo cotidiano, con dos consecuencias: convertir los contenidos auténticos de la cultura moderna en estereotipos neutralizados y ‘aseptizados’ de una cultura de masas; una vez depurada de todos sus momentos subversivos y trascendentes, integran la cultura en un sistema omnicomprensivo de controles sociales encasquetado a los individuos, que en parte refuerza y en parte sustituye a los debilitados controles internos.

Por esta razón la pregunta más importante que nos deberíamos hacer a diario es: ¿Soy distinto a todos? ¿o igual que lo demás?

Sostengo fehacientemente que esta nueva realidad necesita nuevas soluciones, nuevas ideas, nuevas estrategias. Y una forma distinta de tomar las riendas y alzar la voz frente a un globalismo que se impone muchas veces con desigualdades, volviéndose invisible y habitual. Hoy es necesario, ser más sensible a nuestra situación actual, dejar de lado el medio digital que es un medio “sin mirada”, sin perspectiva y que, a falta de ello, de una mirada represiva damos origen a una sensación de engañosa libertad. Todos de alguna manera nos vemos afectados, porque ahí está el juego en sentirse libre y desnudarse voluntariamente. No seamos diferentes a todos e iguales a los demás.

22 October 2021
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