Teología del Pluralismo Religioso en América Latina

Introducción

El periodo de Dios surgió en el periodo tribal como una experiencia intercultural, tejida magistralmente por las tribus venidas de distintos lugares, con diferentes culturas, pero unidos entornos aun mismo sueño de justicia, por lo cual ellos encuentran un Dios que está de pie, y que decide acompañarlos en su aventura.

Las teologías son producciones cultural e históricamente condicionadas, como una actividad eminentemente humana, en el quehacer teológico está marcado por la historicidad y por las dinámicas culturales. Por eso debemos hablar de teologías en plural y plantear la necesidad de una transformación intercultural de la teología sino queremos convertirla en herramientas para la homogenización cultural y para el colonialismo doctrinal.

La formación teológica se ha venido desarrollando mayoritariamente en el marco de una teología que podíamos describir como eurocéntrica y que es poco sensible a la rica diversidad cultural que nos caracteriza a cada uno de nosotros los seres humanos. Por eso se argumentará la importancia de trazar una implicación y una necesidad de hacer una teología intercultural frente a la diversidad cultural que hay en América latina y que implicación puede tener para la eclesiología.

Interculturalidad y Teología

En nuestro lenguaje cotidiano, las personas solemos utilizar el término de cultura para referirnos a diferentes realidades. Para este gran sociólogo Zygmunt Bauman, la cultura es una especie de atributo social que clasifica y jerarquiza a los individuos en contextos determinados. El uso del término cultura como atributo social establece una distinción entre individuos que tienen un alto grado de conocimientos e individuos que conocen poco en relación a cierta clase de conocimientos generales.

En un sentido histórico, el termino de cultura está también relacionado con una dicotomía establecida por unos amigos filósofos alemanes del siglo XVIII, para quienes la cultura era el conjunto, al mismo tiempo que el resultado de las creaciones intelectuales, morales y artísticas de un pueblo. La primera definición que se formuló sobre el termino cultura se remonta al año de 1891, cuando el, ingles Edward Burnett Tylor escribió: la cultura o civilización, tomada en su sentido etnográfico amplio, es ese complejo total que incluye conocimientos, creencias, artes, moral, ley, costumbres y otras actitudes y hábitos adquiridos por el hombre como miembro de una sociedad. Esta definición es considerada mucho después como una definición muy general, y sirvió de base para formular muchas definiciones que sobre el mismos termino se escribieron a finales del siglo XIX y a lo largo del siglo XX. (-FUCLA-, 2012)

La interpretación de la historia en Europa fue la epistemología que vino a América y el olvido tanto, como el arrase de las culturas autóctona fue el inevitable resultado. El cristianismo en sus estructuras feudales de poder, mejor conocido como cristiandad, y traída consigo el proyecto primero de la remoción cultural y luego de una forma más camuflada, lo que se llama inculturación.

La inculturalidad surge como propuesta al agotamiento del proyecto moderno y a la crisis del eurocentrismo logo céntrico. En América Latina la interculturalidad como respuesta a la imposición cultural y a la capacidad de los estados nacionales modernos de manejar razonablemente los conflictos de las identidades; el actual debilitamiento de los estados nacionales a nivel mundial y lo podemos observar desde dos ángulos: primera mente desde el exterior, el fenómeno de la globalización en sus dimensiones económicas y culturales, e indirectamente política está debilitando su soberanía política y economía como su cohesión cultural; y en este segundo ángulo desde el interior la reivindicación de los derechos etnoidentitarios de grupos específicos, unos históricos en el estado y otros de recientemente inmigración, está amenazando su supuesta unidad cultural y en ocasiones su unidad política. En América latina, la opción intercultural apareció como alternativa eticopolitica frente al fracaso de la asimilación homogénizante de los estados nacionales. (Casaldaliga, 1988)

En América Latina durante los últimos cuarenta años las comunidades cristianas han afianzado varias hermenéuticas. La revolución es atendida desde la matriz humana de nuestros pueblos que sufren, resisten, oran, celebran, y piensan alternativas; el pensar latino americano ha logrado entretejer lo vivencial con lo teórico y con lo utópico, en el proceso intercultural e interreligioso se articulan vivencia, reflexión, utopía; en estas tierras la labor teológica está recuperando su tradicional vínculo con la complejidad del pueblo. Desde la vivencia de cada día la población creyente se entiende así misma, y a los demás a lo propio y a lo diferente, en los diferentes hechos de la vida y el acontecer histórico es donde se desenvuelven el sentido de la fe, el sensus fidelium del pueblo de Dios.

La teología es alimentada por la vivencia humana de cada pueblo que se expresa ritual, ética, y sapiencialmente durante décadas se han desarrollado encuentro y publicaciones andinas en que lo simbólico enmarca la labor teológica; al evaluar la simbología y la racionalidad de comunidades andinas modernas, resaltan sus elementos interculturales, así son sus ritos con un denso sincretismo y sus pensamientos autóctonos y a la vez modernos.

A menudo se presupone que el ser humano formula preguntas y que la teología da respuesta ciertamente la reflexión tiene que ser relevante para las preguntas que surgen en la vida, una teología es más relevante cuando se desenvuelve su potencial intercultural. Hace unas décadas la antropología pastoral motivo a personas a pensar en la fe en términos de inculturación; y durante estos últimos años se abren las ventanas a lo intercultural e interreligioso. La inculturación es la encarnación del evangelio en las diferentes culturas y al mismo tiempo la introducción de estas culturas en la vida de la iglesia.

Finalmente, la perspectiva más importante y decisiva para la teología del pluralismo religioso en América Latina es la de insertarse en el modo de ser pluralista del pueblo más pobre y de aprender en la inserción entre las comunidades de matriz indígena y negra el camino espiritual básico para la teología del pluralismo, o sea, su raíz fundamental una espiritualidad abierta al otro y verdaderamente altruista. El camino para la teología del pluralismo cultural y religioso en América Latina es el de la base, de la inserción y de la solidaridad. Para retomar un modo de hablar común cuando se discute el pluralismo, esta teología nueva no es cristo céntrico y menos todavía eclesiocéntrica. Sería “vida-céntrica”, esto es, centrada en el proyecto de vida para todos.

Conclusión

La teología debe aprender a pensar las nuevas realidades que tienen que ver con el pluralismo religioso, político y cultural que desafía a las sociedades contemporáneas. La idea que he tratado de argumentar es que la pluralidad hace parte de la condición humana y requiere de un pensamiento dinámico y una fe comprometida que permita que los otros puedan hacerse presentes en el mundo, siendo respetados en su identidad y en sus valores. Por eso, cuando se recurre a la experiencia de lo sagrado o a la experiencia de Dios, no solo es para reconocer su acción en la historia, que es encarnada en tanto que reivindica la vida y la existencia de todo ser humano, sino también porque nos permite acercarnos al mundo y al mismo hombre: pensar a Dios para volver al hombre o reivindicar al hombre para salvar a Dios, porque Dios se ha encarnado y se ha unido para siempre a la humanidad. Por eso es importante entender el lenguaje en el que nos habla Dios a partir de la propia historia y vida de nosotros y de nuestros pueblos.

Bibliografía

  1. Casaldaliga, P. v. (1988). servicioskoinonia.org. Obtenido de http://www.servicioskoinonia.org/
  2. Celam. (1996). El Futuro de la Reflexion Teologica en America Latina. Bogota: Celam.
  3. -FUCLA-, F. U. (2012). TEOLOGÍA Y CULTURA. Quibdo,Choco: Misioneros,Claretianos.
  4. Morín, E. (. (2000). A inteligencia da complexidade. Sao Paolo: Petropolis.
  5. Susin, L. C. (2001,). EL MAR SE ABRIÓ. TREINTA AÑOS DE TEOLOGÍA EN AMÉRICA LATINA.[RESEÑA]. Santander: Sal Terrae.
  6. Susin, L. C. (2006). Teologia para outro mundo possivel. Sao Paulo: Paulinas.
  7. TAMAYO, J. J., & BOSCH, J. (. (2001). Panorama de la Teologia Latinoamericana,. Estella: Verbo Divino,.
07 July 2022
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