Tertuliano: Filósofo Africano de Cartago

Se cree que Tertuliano nació aproximadamente en el año 160, en Cartago (antigua ciudad del norte de África.). Era hijo de un centurión que servia al ejército romano en África (oficial romano que tiene a su servicio a 50 o incluso 100 soldados), que estaba al servicio de proconsular. Es considerado como uno de los precursores del fideísmo y del tradicionalismo. Ejerció como abogado en Roma, esto se confirma ya que es una persona que demuestra un gran conocimiento de los procedimientos y términos de la ley romana, luego de haber ejercido como abogado en roma, regresa a su patria.

“Tenía un amplio conocimiento en griego y en latín también. Existen tratados en griego que aún no han llegado a nosotros”.

Fue pagano hasta mediados de su vida, después de que regreso a su natal Cartago, se convirtió al cristianismo, se cree que esto pasó antes del año 197. Poco antes de su conversión al cristianismo compartía los prejuicios que tienen los paganos contra el cristianismo, y también el mismo Tertuliano haber sido consumidor de placeres vergonzosos.

Luego de haberse convertido al cristianismo, se hizo un ferviente cristiano, abrazando la fe con toda la naturaleza irreflexiva y precipitada. Después de eso comenzaron sus actividades como teólogo y controversista, uno de sus principales trabajos fue dirigir una gran polémica contra la cultura clásica y la sabiduría mundana, y luego dirigió polémicas con gran ferocidad hacía la iglesia católica:

“Sus principales obras fueron: Ad nationes, violento ataque al paganismo; Apologético, donde denuncia el carácter supersticioso de las prácticas religiosas paganas y defiende las virtudes civiles de los cristianos y su fidelidad al imperio; Adversus Praxeam, obra en que expone su propia doctrina trinitaria; Adversus Marcionem (cinco libros en los que, contra Marción, acentúa la bondad del creador del mundo, la identidad de Cristo con el mesías anunciado en el Antiguo Testamento y la continuidad de ambos Testamentos); De pudicitia, en que reivindica para los ‘hombres espirituales’, y no para la iglesia visible, el poder de perdonar los pecados; De ieiunioadversuspsychicos, defensa de la práctica rigurosa del ayuno contra el laxismo de los católicos. En toda su obra aparece su desconfianza respecto a la vida social y cultural de la época, siendo particularmente hostil a las representaciones teatrales (De spectaculis), a la moda femenina (De cultufoeminarum y De virginibus) y a las artes y profesiones civiles (De idolatria).” 

La oposición de Tertuliano hacia la filosofía no es indiscriminada. Tertuliano se centra de manera especial en la filosofía griega, Según Tertuliano, el define a Platón como el: ‘patriarca de todas las herejías’. Sin embargo en sus escritos suele elogiar y llamar de diferentes formas a Justino, al cual identifica como: “verdadero filósofo”. Tertuliano era un fiel creyente de la unicidad de Dios, la creación de la nada y materialidad del alma. Acerca de esta última, sostiene que, si bien fue creada en un principio por Dios, se genera en cada hombre a partir del alma de sus progenitores.

Según Tertuliano, El pensamiento teológico y filosófico latino debe a Tertuliano muchos términos, entre los que cabe recordar: ‘trinidad’ es “el primero en utilizar la palabra ‘Trinidad’ (Las Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y María, 2007) para referirse a las tres personas en Dios.”, ‘persona’, así como la fórmula ‘una substancia y tres personas’. En general, la teología cristiana de los orígenes le debe la rigurosa defensa del dogma contra los paganos y contra los movimientos heréticos de aquella época.

El canon del Antiguo Testamento de Tertuliano incluía los libros deuterocanónicos, ya que él los cita en sus escritos. También cita el Libro de Enoc como inspirado, y piensa que aquellos que lo rechazan están equivocados. Parece que también reconocía el 4 Esdras y la Sibila, aunque admite que hay muchas falsificaciones sibilinas. Del Nuevo Testamento reconoce los cuatro Evangelios, los Hechos de los Apóstoles, las Epístolas de San Pablo, la Primera de Pedro (Ad Ponticos), la Primera de Juan, la de Judas y el Apocalipsis. No conoce ni la Epístola de Santiago ni la Segunda de Pedro, pero no podemos afirmar que desconociera la Segunda y Tercera Cartas de Juan. Atribuye la Epístola a los Hebreos a San Bernabé. Rechaza el “Pastor” de Hermas y dice que muchos concilios de los ‘Psychici’ también lo habían rechazado.

Tertuliano era erudito, pero descuidado en sus aseveraciones históricas. Cita a Varro y a un escritor médico, Sorano de Éfeso, y evidentemente había leído mucha literatura pagana. Cita a San Ireneo, San Justino, Melquíades y San Proclo. Probablemente, conocía parte de los escritos de Clemente de Alejandría. Tertuliano es el primero de los escritores teológicos latinos. No podemos asegurar en qué magnitud debió haber inventado un idioma teológico y haber acuñado nuevas expresiones. Es el primer testigo de la existencia de una Biblia Latina, a pesar de que frecuentemente traducía, de una Biblia en griego, mientras escribía. Zahn niega que él hubiese poseído una traducción latina de la Biblia, sin embargo, su opinión ha sido comúnmente rechazada, ya que Santa Perpetua tenía una en Cartago en 203.

Entre los de carácter general se cuentan treinta y siete, habiéndose perdido varios tratados latinos así como los escritos en griego. Sus obras cubren todo el campo teológico de los apologistas de su tiempo contra el paganismo y el judaísmo, polémicas, organización, disciplina y moral, o la reorganización completa de la vida humana sobre una base cristiana; dibujan un cuadro completo de la vida y pensamiento religioso de su tiempo, que es de gran interés para el historiador. El siguiente texto es sacado de Apologeticus:

‘Somos un cuerpo por la conciencia de religión, por la unidad de disciplina y por la asociación de la esperanza. Nos congregamos apretándonos en grupo, como para obligar a Dios con nuestras preces. Esta fuerza sí es grata a Dios. Oramos también por los emperadores, por sus ministros y autoridades, por el estado del mundo, por la paz universal, por la demora del fin. Nos reunimos para recordar las Sagradas Escrituras, por si la índole de los tiempos presentes nos induce a la premonición del futuro o al reconocimiento del pasado.

Según Wenceslao, Tertuliano fue un decidido defensor de la estricta disciplina y de un austero código de práctica, siendo uno de los representantes del elemento puritano en la Iglesia antigua. Esas ideas le empujaron a adoptar el montanismo, con su rigor ascético y su creencia en el milenio y la continuidad de los dones proféticos. En sus escritos sobre las diversiones públicas, el velo de las vírgenes, la conducta de las mujeres y semejantes temas, da expresión a esas ideas. Sobre el principio de que no deberíamos mirar o escuchar lo que no tenemos derecho a practicar, y que las cosas contaminadas contaminan, declaró que un cristiano debe abstenerse del teatro y el anfiteatro, porque se invocan los nombres de las divinidades paganas y se practican ritos religiosos, no siendo lugar para el cultivo de la gracia cristiana. Las mujeres deberían dejar a un lado el oro y las piedras preciosas como ornamentos y las vírgenes deberían conformarse a la ley de San Pablo para las mujeres y mantenerse estrictamente veladas. Alabó el estado célibe como el más elevado, llamando a los cristianos a no ser superados por la virtud de las vírgenes vestales y los sacerdotes egipcios, declarando que el segundo matrimonio es una especie de adulterio. Si Tertuliano se fue a un extremo poco saludable en su rigor ascético, también se le puede perdonar, cuando se tiene en cuenta su propio vigor moral y sus grandes servicios como intrépidos y naturales defensores de la fe cristiana, que con él, como después con Lutero, fue en primer lugar una experiencia de su propio corazón.

Según San Jerónimo, falleció muy viejo (en torno al año 240), y fue ‘ejemplo famoso, en la Antigüedad cristiana, de la dolorosa caída a la cual se hallan expuestas algunas inteligencias ilustres”.

24 May 2022
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