Transporte Público: La Educación Vial en la Época de Trujillo

El sistema vial de República Dominicana se estableció durante la intervención estadounidense de 1916 a 1924. Antes de los yanquis, hacer un viaje a caballo de Santiago a Santo Domingo requería de dos o tres días, en el caso feliz de que los ríos no estuviesen desbordados. En efecto, nuestra carretera troncal, de Santo Domingo al Cibao.

La evolución general y las transformaciones del sistema de Transito Colectivo Urbano de la ciudad de Santo Domingo han estado profundamente marcadas por los procesos políticos y las dinámicas socio-demográficas que cambiaron el rostro de la ciudad y del país después de la muerte del dictador Rafael Leonidas Trujillo, quien gobernó el país en el período 1930-1961.

Las estadísticas disponibles, a partir de 1920, reflejan una correlación importante entre el crecimiento de la ciudad y de la población y las demandas de transporte. Sin embargo, la satisfacción de esas demandas y la búsqueda de soluciones durables a los problemas generados por el transporte, han estado profundamente influenciados por la dinámica política.

En las dos últimas décadas (1980 y 1990) de crisis acumulada del transporte (desde los 70) asistimos al estallido del sistema de transporte colectivo de Santo Domingo. En efecto, luego de los fracasos de la ONATRATE y de la política dirigida a provocar knock out técnico en el sistema de taxis colectivos conchos durante el 1er Gobierno del PRD (Antonio Guzmán, 1978-1982) y de los escasos resultados de la introducción de minibuses, mejor conocidos como las Voladoras por la alta velocidad en que transitan, durante el segundo Gobierno del PRD (Salvador Jorge Blanco, 1982-1986), – integrados al sistema gracias a la política de exoneraciones de dicho Gobierno -, los déficits en la oferta de transporte y la dimensión sociopolítica de las demandas en torno al servicio, adquieren una dimensión de primer orden.

El retorno del Presidente Balaguer, entre 1986 y 1996, y la política de cooperativización de transporte puesta en pie no llega a abordar los problemas de fondo de la crisis del transporte la cual se profundiza. La importación exonerada de las guaguas banderitas24 (por sus colores nacionales : blanco, azul y rojo) y de los autobuses escolares (amarillos) todos de medio uso, aumentan la oferta, pero no son una respuesta a la definición de una política moderna y de largo plazo del sector. Los conchos en ruinas continuan garántizando más del 45% de la oferta. El sector transporte sigue estando marcado por una política clientelista.

Las estadísticas en nuestro país son verdaderamente pobres e inconsistentes, pero aún así existen algunos datos que podemos ofrecer y que nos sirven para visualizar un poco nuestra realidad en materia de transporte.

El número de vehículos de motor registrados en el país no tuvo, un crecimiento proporcional al de la población entre 1984 y 1989. Peor aún el número de automóviles públicos que en, 1987 era de 15,000 bajó a 8,389 y el número de autobuses públicos bajó de 6,650 en 1987 a 6,167.

Esta paradójica disminución afectó drásticamente al servicio de transporte público urbano de la ciudad de Santo Domingo, pues si echamos un vistazo somero al transporte público interurbano notaremos que este si bien no es del todo bueno al menos es más eficiente y confortable que el urbano en Santo Domingo.

01 August 2022
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